Yucatán

El cobarde asesinato de las hermanas Mirabal

Pilar Faller Menéndez

Esta es la historia del crimen de unas hermanas, cuyos cuerpos fueron encontrados el 25 de noviembre de 1960 en el fondo de un acantilado en la República Dominicana, hecho que quiso ser difundido como un accidente, cuando en realidad fue por órdenes del dictador que gobernaba, Leónidas Trujillo, y que levantó y despertó la conciencia entre la población, culminando con el asesinato del caudillo seis meses después.

Asesinadas a garrotazos, estas valientes hermanas, hoy consideradas heroínas, lucharon clandestinamente en contra de Trujillo. Sus nombres son Patria, Minerva y María Teresa, provenientes de una familia rural acomodada de la provincia de Salcedo, que en honor a ellas hoy se llama Hermanas Mirabal.

Las hermanas Mirabal dedicaron la mayor parte de su corta vida a la lucha por la libertad política de su país, y se opusieron a una de las tiranías más duras y opresoras de América Latina, como lo fue la de Rafael Leónidas Trujillo, quien les arrebató la mayor parte de su fortuna al llegar al poder, uno de los motivos que las instó a integrarse a un grupo de oposición llamado “Agrupación Política 14 de junio” en el cual fueron conocidas como “Las Mariposas”, quienes fueron encarceladas y torturadas en varias ocasiones, lo que no fue suficiente para amedrentar su lucha por acabar con la dictadura.

Cuando Trujillo constató que el encarcelamiento no era suficiente para detener la actividad clandestina de derrocarlo, sino que esto hacía que el grupo rebelde ganara adeptos, decidió terminar con la vida de “Las Mariposas”. Corrían los últimos años de la década de los 50, y la inquietud social que se vivía en América Latina crecía, ya que varias dictaduras habían caído, como la de Fulgencio Batista en Cuba con el triunfo de Fidel Castro.

Las hermanas Mirabal sabían sobre la posibilidad del destino que correrían, de sufrir un “accidente”, palabra que se utilizaba en el régimen de Trujillo cuando era ordenada la desaparición de algún opositor importante, para intentar ocultar el crimen, por lo que uno de sus maridos aconsejó que cesaran de viajar y se mantuvieran lejos de las carreteras, sugerencia que había llegado tarde, porque la orden de Trujillo ya había sido dada.

Fue así como el Servicio de Inteligencia Militar detuvo el auto en que viajaban las hermanas Mirabal quienes habían ido a la cárcel a visitar a sus esposos, y fueron llevadas al lugar donde se perpetraría su crimen a base de golpes y garrotazos, para luego arrojar sus cuerpos por un precipicio.

Uno de los asesinos que participó en tan cobarde crimen, Ciriaco de la Rosa, confesó tiempo más tarde: “Después de apresarlas, las condujimos al sitio cerca del abismo, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas”. Rojas acató la orden y se llevó a María Teresa. Alfonso Cruz Valerio, se llevó a Minerva y De la Rosa a Patria y al chofer Rufino de la Cruz, internándose en un cañaveral que se encontraba a orillas de la carretera, separadas para no ver entre ellas su ejecución.

Ciriaco de la Rosa, un militar dominicano, confesó que no pudo evitar tan cobarde crimen, ya que fueron órdenes directas de Trujillo y de Johnny Abbes García, quien fue el Jefe del Servicio de Inteligencia Militar, y que de no haber cumplido, ellos hubieran pagado con su vida, motivo por el cual acataron las instrucciones que recibieron.

Las Hermanas Mirabal han sido un símbolo para las mujeres, que han desafiado los tiempos y la lucha que anteriormente era causa masculina, motivo por el cual se les ha reconocido internacionalmente y su historia ha sido contada en películas, libros y reportajes, contando la importancia de su participación en la causa para terminar con la dictadura de Trujillo en la República Dominicana.