PROGRESO, Yucatán, 25 de marzo.- La pésima decisión de repavimentar la salida del puerto ocasionó a muy temprana hora un tremendo caos vial, causando pérdidas de horas en el trabajo y el flujo de tracto-camiones se paralizó desde las 05:00 horas.
Como muchos afectados comentaron, este tipo de trabajos se deben de realizar en las noches o en la madrugada, cuando no hay flujo de vehículos, o es muy escaso, pero al parecer la empresa a cargo no quiere pagar horas extra.
Debido a esto se formó un terrible caos vial a la salida de la ciudad porque los trabajos de repavimentación que lleva a cabo el Gobierno del Estado, bajo el puente a la salida de la carretera Progreso-Mérida se hacen a la hora señalada.
Una patrulla municipal se atravesó sobre la calle 82 en horas de la madrugada, dejando que fluyan los tráileres, tracto-camiones, camiones-cisternas, volquetes, automóviles y autobuses del servicio público.
Se fue formando una senda cola que llegaba hasta el centro de la población, hacia la salida del puente del distribuidor vial al no poder salir por los trabajos de repavimentación, que esta vez recibió un concierto de rechiflas y de cláxones.
La mayoría de los afectados se enojaron debido a que no anunciaron que cerrarían la arteria por dichos trabajos, y muchos tenían que ir al trabajo o hacer diligencias a la ciudad de Mérida.
Pipas cargadas con gasolina que salieron desde las cinco de la mañana desde la Terminal Remota también tenían que hacer parada obligatoria, pues sólo podían pasar unidades ligeras como motocicletas y autos muy compactos, así que a los pocos minutos se formó larga fila de vehículos que salían del puerto.
Muchos choferes de pipas aprovecharon la parada obligatoria para desayunar en los puestos de comida de la calle 82, o en las tiendas de autoservicio.
Otros no quisieron esperar y buscaron otras rutas alternas para irse a Mérida, lo que refería ir por el libramiento hasta Chicxulub Puerto, carretera Chicxulub Pueblo o realizaban maniobras subiendo al puente.
La Policía Municipal tuvo un duro trabajo al tratar de contener la ira de los conductores, a sabiendas de que no era su culpa, comenzaron a moverse al abrirse paulatinamente el acceso poco después de las 8 horas.
(Alfredo Canto May)