Por Pilar Faller Menéndez
Clotilde Acosta Badaluco fue el verdadero nombre de la artista argentina mundialmente conocida como Nacha Guevara, quien nació en el año de 1940. Cantante mezzosoprano, bailarina, actriz y directora teatral, vivió en el exilio durante la dictadura de su país. Hablar de ella evoca demasiadas cosas, pero si alguien ha hecho honor a la palabra artista ha sido esta mujer.
Tuvo una breve carrera como actriz, lo cual se ha dejado ver en sus interpretaciones como cantante quien atacó de forma irreverente y despiadada tanto a las instituciones como a las costumbres, llegando a escandalizar al público. Interpretó canciones tanto de Jaques Brel como de Violeta Parra, y de argentinos como Griselda Gambaro, Julio Cortázar, Jorge de la Vega y otros.
En 1969, bajo la dirección de Jorge Romero Brest y quien fuera su compañero de vida, Alberto Favero, presentan el recital “Anastasia querida” que recibió la mención del espectáculo del año, reconocimiento que otorga la revista “Primera Plana”. Su irreverencia no tenía límites, y lo demostró en la portada de su primer disco LP sentada en un inodoro.
A través de su canto protestó con canciones como “El ejército de la nueva canción”, “Las damas de beneficencia”, “El tiempo no tiene nada que ver” y otros, uniéndose a un vasto grupo de artistas que siguieron esta línea. En 1970 la dictadura militar clausura espacios, y en un café clandestino en el cual parodiaba a Libertad Lamarque y otras cantantes continuaba expresando a través del canto su protesta. Mujer de pocas pulgas, por una cuestión de celos profesionales, agredió a Marcos Mundstock, integrante del grupo “Les Luthiers”, hecho por el cual pasa dos meses en prisión.
Continuó con su compromiso ideológico en sus recitales con canciones sobre poemas de Pablo Neruda y José Agustín Goytisolo, así como con la invaluable colaboración del escritor uruguayo Mario Benedetti. Sale a la luz su álbum “Este año fue el que fue” en el que incluye composiciones propias, y de Juanca Chávez y Nicolás Guillén, entre otros, satirizando lo que acontecía en su país y el resto del mundo.
Durante los años de 1973 y 1974 se presenta con su espectáculo “Las mil y una Nachas” en el Teatro Margarita Xirgu de Buenos Aires, en donde interpreta dieciséis personajes realizando también algunos sketches. Una Nacha menos combativa, aunque siempre satírica presenta esta revista musical para un público más amplio y obtiene el premio “Estrella 1973” gracias a la demostración de sus talentos de cantante, actriz y bailarina.
Con una versión aumentada y más moderna de “Las mil y una Nachas, en 1975 se iba a presentar en el Teatro Estrellas, lo cual no pudo, ya que antes del estreno, terminando el ensayo general, estalló una bomba en el teatro, que causó una muerte y dejó varios heridos. Ella y varios artistas recibieron amenazas de muerte por parte del grupo terrorista conocido como “Triple A”, por lo que decide abandonar Argentina con Favero y sus tres hijos. Se instala en Perú y luego en México, en donde recibe un Premio Especial por parte de la Unión de Críticos y Cronistas del Teatro de México.
Su espectáculo “Nacha de Noche” recorre Latinoamérica e incorpora temas de los cubanos Silvio Rodríguez, Amaury Pérez y Pablo Milanés, después de sus exitosas giras puede establecerse en España en donde graba discos y continúa presentándose en varios países, época en que entra en contacto con la cábala.
Restablecida la democracia en Argentina se presenta con “Aquí estoy” demostrando que ha crecido como artista, y retoma de sus anteriores discos y de los nuevos graba en su país después de nueve años su primer disco, con temas como “Fuimos los patitos feos” que fue uno de sus más grandes éxitos en su carrera, “Mi ciudad” y “Por qué cantamos”…
Con una versión totalmente opuesta a la de Andrew Lloyd Weber, se presenta en el Teatro Maipo con otra visión de Eva Perón en la que interpreta “No llores por mí Argentina” y obtiene el respeto del público y el éxito. Participa en el cine en varias películas, y en 1991, junto con Tita Marello, monta un espectáculo llamado “Heavy Tango” el cual ha sido su trabajo más cuestionado.
Su trabajo no cesa, escribe, continúa con sus espectáculos, tanto de canto, actuación en telenovelas y teatro, recibiendo diversos premios, la Nacha revolucionaria y protestante ha quedado atrás, ya que se viven otros tiempos, por lo que empieza a cantarle al amor, y recoge el folclor argentino.
Participó en 2009 en la política de su país, en apoyo a Néstor Kirchner y ganó una banca de diputada federal a través de la fórmula plurinominal, la cual rechazó ya que fue advertida que la Cámara de Diputados de la Nación Argentina no era un lugar para libres pensadores, por lo que decide trabajar desde su trinchera como ciudadana.
Este texto se ha vuelto más extenso que la intención de quien lo escribe. Existe en mi memoria Un Padre Nuestro Latinoamericano de Mario Benedetti que Nacha rezaba y que quisiera incluir si el espacio lo permite:
Un Padre nuestro Latinoamericano
Mario Benedetti
Padre nuestro que estás en los cielos
con las golondrinas y los misiles,
quiero que vuelvas antes de que olvides
cómo se llega al Sur de Río Grande,
Padre nuestro que estás en el exilio
casi nunca te acuerdas de los míos
de todos modos dondequiera que estés
santificado sea tu nombre
no quienes santifican en tu nombre
cerrando un ojo para no ver las uñas
sucias de la miseria
en agosto de mil novecientos sesenta
ya no sirve pedirte
venga a nos el tu reino
porque tu reino también está aquí abajo
metido en los rencores y en el miedo,
en las vacilaciones y en la mugre,
en la desilusión y en la modorra,
en esta ansia de verte pese a todo
cuando hablaste del rico
la aguja y el camello
y te votamos todos
por unanimidad para la Gloria
también alzó su mano el indio silencioso
que te respetaba pero se resistía
a pensar hágase tu voluntad
sin embargo una vez cada tanto
tu voluntad se mezcla con la mía
la domina,
la enciende,
la duplica,
más arduo es conocer cuál es mi voluntad
cuándo creo de veras lo que digo creer
así en tu omnipresencia como en mi soledad
así en la Tierra como en el cielo
siempre
estaré más seguro de la Tierra que piso
que del cielo intratable que me ignora
pero quién sabe,
no voy a decidir
que tu poder se haga o se deshaga
tu voluntad igual se está haciendo en el viento
en el Ande de nieve
en el pájaro que fecunda a la pájara
en los cancilleres que murmullan yes sir
en cada mano que se convierte en puño,
claro no estoy seguro si me gusta el estilo
que tu voluntad elige para hacerse,
lo digo con irreverencia y gratitud
dos emblemas que pronto serán la misma cosa
lo digo sobre todo pensando en el pan nuestro
de cada día y de cada pedacito de día
ayer nos lo quitaste
dánosle hoy
o al menos el derecho de darnos nuestro pan
no sólo el que era símbolo de Algo
sino el de miga y cáscara
el pan nuestro
ya que nos queda pocas esperanzas y deudas
perdónanos, si puedes, nuestras deudas
pero no nos perdones la esperanza
no nos perdones nunca nuestros créditos
a más tardar mañana
saldremos a cobrar a los fallutos
tangibles y sonrientes forajidos
a los que tienen garras para el arpa
y un panamericano temblor con que se enjugan
la última escupida que cuelga de su rostro
poco importa que nuestros acreedores perdonen
así como nosotros
una vez
por error
perdonamos a nuestros deudores
todavía
nos deben como un siglo
de insomnios y garrote
como tres mil kilómetros de injurias
como veinte medallas a Somoza
como una sola Guatemala muerta,
no nos dejes caer en la tentación
de olvidar o vender este pasado
o arrendar una sola hectárea de su olvido
ahora que es la hora de saber quiénes somos
y han de cruzar el río
el dólar y su amor contra reembolso
arráncanos del alma el último mendigo
y líbranos de todo mal de conciencia
amén.