Roldán Peniche Barrera
El Rex
En realidad el Cinema Rex es antiquísimo. Era famoso en el primer cuarto del siglo pasado porque su acceso de entrada impactaba a la multitud teniendo en vez de las clásicas puertas, una enorme boca por donde entraba el público (y uno que otro chiquillo del barrio de Santiago (donde estaba situado). Pero esta “bocaza” fue derruida con los años construyéndose en su lugar unas puertas y unas rejas como se acostumbra hasta hoy.
Nosotros lo conocimos sin la “bocaza”
La verdad es que nunca alcanzamos a conocer dicha “bocaza” y sólo lo recordamos ya modernizado al mediar la centuria anterior. Su inauguración fue un acontecimiento. Por varios años no había surgido un cine nuevo fuera de los ya conocidos.
Una gran sala o salón
El edificio consistía en una amplísima sala (de las más grandes de la ciudad) que no siempre se colmaba. Y aunque el público era predominantemente de Santiago, muchos otros aficionados provenientes de los otros barrios acudían al coso por la calidad de las películas, siempre nuevas, impecables y por lo general, norteamericanas.
Un cine para las familias
La realidad es que ahí sólo acudían familias decentes y jamás supe de que se suscitara algún escándalo o rebambaramba. El Rex es uno de los pocos cines del siglo XX que permanecen en actividad, hoy que las grandes compañías cinematográficas han llegado para operar en nuestra ya moderna ciudad.
Poesía Joven
Juan Manuel Góngora Briceño
Precioso faisán,
tesoro de los mayas.
¡Espectacular!
Imponente es
el pavorreal, belleza
tal, reverencia.
En el silencio
de la oscura noche
repta la serpiente.
Dulce agua de
coco, ¡Qué refrescante!
¡Ambrosía líquida!
El zaramullo
es fruta extraña,
bien yucateca.
Es el caimito
de buen color morado.
Labios manchados.