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Yucatán

Detectan dos personas con VIH al día en Yucatán

La Dra. Ligia Vera Gamboa, investigadora del Centro de Investigaciones Regionales (CIR) “Hideyo Noguchi” de la Universidad Autónoma de Yucatán, dijo en entrevista que el VIH-Sida se mantiene como un problema de salud pública en Yucatán, ya que la detección aquí es prácticamente de dos personas por día, lo cual debe de preocuparnos y ocuparnos para llevar a cabo campañas de prevención, que han sido muy pocas en nuestro Estado.

Dijo también que uno de los reportes que dio la ONUSida en el 2019 en el Día Mundial de esa enfermedad, trae una estadística brutal: que de cada 10 mujeres con VIH, 8 han sido infectadas a través de su pareja estable, lo que revela que todas las mujeres con vida sexual están en riesgo y que toda persona con vida sexual está expuesta.

Se detectan muchos jóvenes –A pesar de que hay un incremento sensible de casos…

–Bueno, eso lo decimos usted y yo, pero no sé cómo lo visualice el Gobierno del Estado. Entonces la preocupación es esa, el hecho de que estemos hablando de que prácticamente en números redondos estaríamos diciendo que 2 personas están detectando bien como VIH o en CapaSida, en el Estado de Yucatán, pues es un foco rojo que nos tiene que alertar y que nos tiene que llevar a actuar, y si no lo hacemos estamos mal. Sobre todo cuando mucha de la gente que estamos detectando son los y las jóvenes, y aunque menos, los adultos mayores.

–¿Cómo es que también se detecta en adultos mayores?

–Lo que pasa es que los adultos mayores finalmente también viven la sexualidad, pero no tienen información, sobre todo si vienen de otros lugares de Mérida o no conocen

Privilegiado

Yucatán fue uno de los primeros Estados en llamar la atención: fuimos el primer Estado donde se reportaron los primeros casos. Fuimos un Estado muy privilegiado al empezar desde sus inicios a trabajar la sociedad civil siempre preocupada y comprometida, aunque no hubo la respuesta en ese momento de las autoridades de salud.

Hoy todo mundo habla del condón y lo vemos muy natural si lo llevamos a la escuela, si lo llevamos a las ferias. Pero antes por hablar de condón o decir condones, te podían meter a la cárcel. Y si no, pregúntenselo al Dr. Alejandro Guerrero Flores, a la Dra. Sandra Peniche Quintal y a otras personas que en su momento vivieron esas situaciones, esa persecución.

Tres medidas –¿Qué medidas deberían implementarse para contener este mal?

–Bueno, las medidas sanitarias de prevención primaria adecuadas para evitar el contagio y enfrentar esta pandemia (pandemia significa que está en todo el mundo, en todos los lugares y no hay ningún lugar donde no haya), serían tres:

La primera es la abstinencia, no tener relaciones. Pero cuando yo voy a dar una plática al decir que una de las medidas de prevención contra el VIH es no tener relaciones, no faltará quien objete que se dice fácil, pero a la hora de lo real, no es tan así.

La segunda es la monogamia mutua, es decir, que si yo tengo una pareja sólo voy a tener relaciones con esa pareja, pero también esa pareja sólo debe tener relaciones conmigo. Entonces si uno de los dos no cumple ese trato, pues ahí estamos hablando de que estamos en la medida en que esto pueda funcionar de esa forma.

Condón, herramienta de salud pública

Y la tercera, que es con la que más comulgamos, ya que es el uso sistemático y correcto del condón, pues finalmente hay que mirar al condón como una herramienta de salud pública, que nos ayuda a prevenir VIH, pero también otras infecciones de transmisión sexual que sabemos que también están ahí presentes, como sífilis, gonorrea, herpes, papiloma, hepatitis, por mencionar algunas, y al mismo tiempo los embarazos no planeados.

Y hay que recordar que uno de los reportes que dio ONUSida en el 2019 en el Día Mundial, fue justamente que de cada 10 mujeres con VIH, 8 han sido infectadas a través de su pareja estable.

Entonces esto nos lleva a decir: ¿Que las mujeres están en riesgo? Sí lo están. Toda persona que tiene vida sexual está expuesta.

–Doctora, nos decía Carlos Méndez Benavides, fundador del Albergue San Juan de Dios, que se encuentra en Conkal, que en Mérida los trabajadores migrantes de la construcción preparan su comida y comen en grupo, pero porque todos son yucatecos; en cambio, en Cancún y la Riviera Maya como son trabajadores de todo el país no tienen esa costumbre de preparar su comida en grupo, para todos, por lo que tienen que acudir a comprarla a las tiendas, como el Oxxo, y gastan más. Entonces a veces, como no les alcanza para traer dinero a sus casas, se vuelven sexo servidores ocasionales del turismo sexual y se contagian, y al regresar a sus casas contagian a sus mujeres.

–Sí, buscan el ingreso que les da el turismo sexual.

–Y no hay un programa, doctora, que les recomiende el uso del condón, además las mujeres no pueden estar yendo a comprar a sus pueblos condones porque se les ve mal, o no tienen dinero, o no hay farmacia.

Cuestión cultural –En el caso de las mujeres, el problema es cómo una mujer le dice a su pareja: “Pues vamos a usar condón”. Desde ahí entra la cuestión cultural, pues le dicen: “Bueno, ¿y tú por qué quieres usar condón, pues con quién te estás acostando? Y eso en el buen plan, porque puede haber hasta violencia; entonces esto es lo complicado, y entonces la mujer dice: “Bueno, es que como yo sólo tengo relaciones con mi pareja, pues no me tengo que cuidar”. Pero a veces la realidad nos rebasa y vemos que la pareja tiene otras parejas, siendo eso lo que eso nos lleva a esta estadística brutal que de 10 mujeres, 8 adquirieron la infección del VIH a través de sus parejas.

Prevención secundaria

Continúa la Dra. Ligia:

–Y, por otra parte, una medida más, esta de prevención secundaria, sería que a las personas que viven con VIH se les diga que, por favor, se apeguen a su tratamiento, que acudan a sus citas, que lleven una vida más sana, y que si tienen vida sexual usen condón, aunque sean indetectables, que esto es la prevención combinada en la que se sigue insistiendo y que, cualquier persona que lea el reportaje, recordemos que en la medida en que cualquier persona tenga vida sexual estamos expuestas y, por lo tanto, también deberíamos prevenirnos, independientemente de si soy hombre o soy mujer, si soy un joven o soy un adulto mayor. Porque la salud es la responsabilidad de cada quien y, si bien está el personal de salud que coadyuva al cuidado de la salud, en primer lugar la responsabilidad de la salud es de cada persona.

Estrategia 90-90-90

Ampliando sus conceptos, nuestra entrevistada señaló:

–A nosotros nos preocupa muchísimo que el último reporte que podemos mirar en la página web de los Servicios de Salud es que, para septiembre del 2019, se habían detectado ya sea como VIH o con el diagnóstico de Sida, 515 personas. Si nosotros esto lo dividimos entre los días del año, estamos hablando de que es más de una detección al día. Lo peor o lo triste es que vamos más o menos a la par entre VIH y Sida. ¿Y por qué triste?

Porque hoy con la información, con los medicamentos, con el uso de los condones, no deberíamos estar detectando a las personas en la etapa Sida, por eso la estrategia mundial de la ONU Sida, que es el 90-90-90, es muy importante.

–¿En qué consiste?

–Esa estrategia dice que de cada equis número de personas, la mitad no lo sabe. Entonces el primer noventa es lograr que de esas personas que no lo saben, el 90% lo sepa. ¿Y cómo? A través de las ferias de la salud, donde se ofrecen las pruebas de manera gratuita, de manera constante, permanente y todo.

Luego dice. El otro 90, de ese 90% debemos dar el acompañamiento quien detecte: sociedad civil, Servicios de Salud, para que llegue a los centros de atención y pueda entrar en control.

O sea, sabemos que las pruebas de Elisa en las ferias no son diagnósticas. Tenemos que repetir la prueba, hacer otras pruebas, para realmente poder dar el diagnóstico a la persona. Entonces el otro 90 consiste en que ese 90 llegue a los hospitales. Y el tercer 90 es que ese 90% que llegó, lo llevemos a lo que se conoce en el campo de la medicina como la indetectabilidad. Que se apeguen a su tratamiento, que usen condón, que cuiden su estilo de vida, para que lleguen a ser indetectables.

–Doctora, ¿qué significa ser indetectables?

–Significa que el virus sigue en el cuerpo, pero es tan poquito el que está circulando, que esto disminuye la posibilidad de transmitirlo a otra persona, aparte de que esto ayuda sobre todo a la persona a recuperar su sistema de defensas.

Se vuelve a recuperar y, obviamente, esto va a repercutir no sólo en el bienestar de la persona, en evitar las complicaciones y demás, sino además vamos a tener, en el caso de que esta persona tenga vida sexual o pareja, que la posibilidad de detectarlo sea mucho mejor, sea prácticamente nula según los últimos estudios que se han reportado a nivel mundial. Entonces ese es el 90-90-90.

Más jóvenes infectados –¿Hay más jóvenes entre los infectados?

–Hay un crecimiento, sí, definitivamente, y esto nos lleva a las cuestiones sociales. Por hoy sigue siendo lo que llamamos la población de hombres que tienen sexo con hombres. Cada vez se va reduciendo la brecha, pero sigue predominando.

Y en este punto sucede que, ante el rechazo social, ante la discriminación, pues lo que más interesa es poder disfrutar estar con mi pareja, que cuidarme. Lo que me interesa es que nadie me vea.

Entonces, bueno, hay mucho qué hacer, hay mucho qué trabajar, hay que hacer la educación integral de la sexualidad, hay que concientizar a las personas, independientemente de su edad, de a lo que se dedican, de su oficio.

Hay que empezar a autoresponsabilizarnos del cuidado de nuestra salud, y esto incluye por supuesto las infecciones de transmisión sexual y el VIH como parte de las infecciones.

Faltan 40 ó 50 mil pruebas por año –Doctora, en su opinión, ¿llegan las pruebas de VIH en Yucatán a donde se necesitan? Porque me han dicho que en los pueblos muchas mujeres que tienen VIH no lo saben.

–En Yucatán sí hay pruebas; sin embargo, no hay las pruebas en la medida que se necesita para cubrir a toda la población y que podamos hacer este 90% de las personas que no lo saben, que cubramos este 90%.

O sea, hacer 2 mil o 3 mil pruebas no nos ayuda, tendríamos que estar haciendo entre 40 mil y 50 mil pruebas cada año y pudiéramos decir que vamos a alcanzar ese 90%, y tendríamos que hacerlas en todo el Estado, no sólo en Mérida.

Entre lo que hacen las organizaciones y la SSY hemos estimado que se hacen alrededor de 4 mil o 5 mil pruebas al año. Entonces, ahí el primer 90 no lo estamos cubriendo.

Las sexoservidoras –¿En el caso de las trabajadoras sexuales, son periódicamente valoradas para evitar infecciones, y les proporcionan atención médica gratuita?

–Se supone que hay un control sanitario de estas mujeres, que tienen que ir cada cierto tiempo al Centro de Salud para que les hagan sus estudios, y entre comillas les den el visto bueno para que sigan ejerciendo.

Al inicio de las investigaciones en el CIR “Hideyo Noguchi”, con el Dr. Renán Góngora Biachi como líder, junto con la Dra. Norma Pavía y el Dr. Pedro González, se hizo en 1985 el primer programa de vigilancia epidemiológica de la UADY en trabajadoras sexuales.

Pero en los últimos años quisimos volver a saber cómo estaba la situación, porque no nos dejaban trabajar con ellas. Y nos dijeron: es que no atendemos trabajadoras sexuales. Entonces dices: ¿Y cómo estamos llevando un control? Entonces, medidas sanitarias para trabajadoras sexuales, dijéramos que no existen formalmente desde esta visión utópica, pero están trabajando, algunas de manera consciente ellas mismas van a hacerse su prueba, y hay otras que no. Antes te podíamos decir acá en el “Hideyo”: Sí, hay un programa de vigilancia. Pero hoy no lo podemos saber.

Otro aspecto es que también, por un lado, siempre se piensa en las trabajadoras sexuales, pero no en los trabajadores sexuales, que también hay.

–¿Se sabe si actualmente el Estado les proporciona atención médica gratuita?

–Elegantemente puedo decir que a esta parte de cuidar a las mujeres, también le puedo llamar hipocresía, porque decimos: Ah, no, en Yucatán no hay trabajadoras sexuales, porque este concepto no existe, y además si yo las etiqueto como trabajadoras, las estoy discriminando.

Favores sexuales por necesidad

Y uno de los fenómenos que habíamos mirado hace ya mucho tiempo, esto no es nuevo, y suponemos que sigue ocurriendo, es que muchas mujeres, y esto es con todo el respeto, del interior del Estado vienen a buscar trabajo, no lo encuentran, y a veces la necesidad económica es apremiante y pueden, en un momento dado, porque alguien les dice: Oye, yo te invito y te doy un dinerito.

Entonces pueden estar teniendo intercambio de favores sexuales a través de algo, llámese dinero, llámese comida, lo que usted quiera. Pero ellas a sí mismas no se miran como trabajadoras sexuales, porque vienen una o dos veces por semana, además es un ratito, y aquí con estas mujeres hay que trabajar mucho la prevención, que nosotros estábamos cuidando cuando en general en el último estudio que hicimos las trabajadoras sexuales no siempre estaban usando el condón. Ya era un porcentaje importante, pero había quienes todavía no se acostumbraban a eso.

Por eso, campañas como tales, decíamos hace un rato que no hay: si entregar y repartir condones queremos considerarlo una campaña, pues sí, sí se puede hacer, sí se hace, pero tienes que irlo a buscar. Algunas organizaciones como Unasse, por ejemplo, que han seguido trabajando con este grupo, pues en algún momento iban a ciertos puntos de la ciudad, donde sabemos que se concentra esta población y trataban de hacer prevención y entregar condones. No sé si aún lo siguen haciendo, pero, por otro lado, los condones están un poco escasos en el Sector Salud, lo cual es bastante grave.

No hubo condones el 14 –¿Cómo es que no tienen condones en los SSY?

–Lo que pasa es que como hay mucha gente nueva, todo lo que pasó en el proceso de transición, pues hay gente que no tiene la experiencia de las compras, de los momentos oportunos en que hay que hacerlas, y podría haber estos altibajos en el momento de las compras.

Entonces no sé, pero en el pasado mes de febrero, mes del amor, mes de la amistad, la disponibilidad de condones fue muy escasa.

–¿En el Sector Salud?

–En el Sector Salud.

–¿En las farmacias particulares no hubo problema?

–No, claro, uno puede ir y comprar, pero dígame en el caso de una, vamos a decir entre comillas, “trabajadora sexual”, ¿cuánto quiere que cobre por el servicio considerando cuál es la población a la que atiende? Si lo compra, disminuye su ingreso.

El ejemplo de Holanda –¿No se los deberían dar gratis?

–Supuestamente debería existir la gratuidad, el problema que tenemos es que cuando teníamos el Seguro Popular había la consulta gratuita y algunos medicamentos, pero algunos servicios había que pagarlos. Entonces, bueno, en esta parte, yo no sé cómo esté trabajando, pero por ley deberían de tener seguridad social y, si no, deberían invitarlas a inscribirse a lo que hoy es el Insabi para que puedan tener acceso a los servicios de salud como cualquier ciudadano, más allá de a lo que se dediquen.

Hay países como Uruguay, como Holanda, donde el trabajo sexual es considerado como un oficio y las trabajadoras sexuales pagan impuestos a la ciudad, pero a cambio reciben todas las prestaciones que recibe cualquier trabajador; entonces, es un ejemplo que tendría que seguirse, porque son gente que ha quedado desprotegida económicamente y que, además, desde siempre el trabajo sexual se ha mirado como una lacra social, cuando no lo ha sido, porque si lo vemos como una industria, como también lo hemos compartido acá desde el “Hideyo”, el Dr. Renán Góngora Biachi, la Dra. Norma Pavía y el Dr. Pedro, pues esto se regula a través de la oferta y la demanda. Si no hay demanda, no hay oferta. Y aquí tendríamos que decir: bueno, las personas que recurren a estos servicios también qué tanto se cuidan, porque lo que aún sigo escuchando es que dicen: “Bueno, es que sin condón te pago más”.

–¿En el caso de las que están enfermas de alguna ITS, se les retira del sexo servicio?

–No sabemos si retiran a las que están enfermas, porque no se les da un servicio a partir de que si es o no trabajadora sexual. Que cuando llegan a los servicios de salud, obviamente al levantar la historia clínica también se les pregunta a qué se dedican, y ellas tendrán que reportar alguna actividad. Lo que se les sugiere es que sea siempre usando condón. Es lo ideal y estoy segura de que los médicos y todo el personal de los Capacits, seguro lo están haciendo porque son gente muy sensible.

Conservadurismo y responsabilidad –¿Entonces, concretamente, no hay campañas de prevención contra el VIH?

–Una de las cosas que en lo personal a mí me preocupa y lo he dicho en todos los momentos cuando alguien me pregunta, es que si nosotros preguntamos a la gente si hay campañas de prevención la gente dice no, y es una realidad: no hay campañas de prevención.

Ir a dar una plática, porque además las organizaciones se preocupan y buscan dónde ir a aportar la información, eso no es una campaña de prevención. Y la campaña la tiene que abanderar justamente la cabeza del sector, que en este caso es los Servicios de Salud de Yucatán.

–¿Qué es lo que pasa, por qué no se avanza?–Por el conservadurismo. El conservadurismo puede seguir allí, las personas pueden seguir siendo conservadoras, pero las autoridades tienen una responsabilidad que cumplir, concluyó.

Con información de Roberto López Méndez

Por Redacción Por Esto!

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