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Yucatán

Domingo desolado en el Centro de la urbe

Las calles 58, 59 y 61 del Centro continúan cerradas al tránsito de vehículos particulares; únicamente se permite pasar a taxis y camiones de transporte público.

En la Plaza Grande, sobre la calle 63, patrulleros de la Secretaría de Seguridad Pública hacían guardia para evitar el paso por el parque principal, que está acordonado.

Uno de los policías dijo que, aunque se exhorta a las personas a retirarse del lugar, hay gente que no respeta las cintas y entran al parque. Mencionó que entre la Policía Municipal y ellos cuidan la plaza.

En la Catedral, un mendigo ingresó al atrio, pero al ver que la iglesia estaba cerrada dio media vuelta y salió.

Los parques Manuel Cepeda Peraza, el de la Madre y Santa Lucía también están acordonados, libre de vendedores, turistas y familias.

En los mercados San Benito y Lucas de Gálvez hay personas, pero son pocas, en los pasillos hay escasos compradores.

En el Lucas de Gálvez había pocos puestos de comida abiertos, en la calle 65-A varios indigentes comían restos de comida, uno de ellos dormía en la entrada de un negocio cerrado.

Túnel sanitizante

En la calle 65-A sigue en funcionamiento el túnel sanitizante, uno de los que instaló el Ayuntamiento de Mérida, a pesar de que la Secretaría de Salud federal ya indicó que es peligro utilizarlos.

En la entrada de uno de los pasillos del Lucas de Gálvez, Efraín Juárez vendía tomates y mangos; dijo que él vende generalmente en la banqueta de la calle 56 del mercado pero que lo desalojaron; comentó que le ha ido mal en sus ventas, por lo que sus demás compañeros ya ni se presentan.

En el puesto de cochinita “La Tía” no había ningún comensal; el encargado del puesto dijo, con pesar, que sus ventas han bajado 90%, pues las personas están acostumbrados a comer ahí pero cuando les dicen que solo vende para llevar se dan la vuelta y se van.

De igual manera le va al puesto “Nuestra Señora del Tepeyac” que vende chicharra y morcilla; dos mujeres se acercaron y preguntaron por la comida pero la que atendía el puesto les dijo que solo había para llevar; dieron las gracias y se retiraron.

De mal en peor

Palanganeras de frutas y verduras se quejaron de que van de mal en peor sus ventas. Una de ellas dijo que normalmente llega a las cinco de la mañana y se va a la tres pero por la contingencia llega a las siete y se va entre las 10 y 11 de la mañana pues casi no vende.

En el área de condimentos unos cuantos puestos estaban abiertos, los clientes se podían contar con los dedos de la mano; ninguna zapatería abrió; en cambio, todas las ferreterías están abiertas.

Dentro del mercado, había unos cuantos vendedores ambulante; uno de ellos ofrecía rastrillos, pilas y cubrebocas a 15 pesos por pieza.

“Mondongo, puchero, relleno negro, tortas, tacos, salbutes, panuchos, pasen”, se escuchaba una voz desde el área de comida del Lucas de Gálvez, pero más que un grito parecía una súplica porque al igual que en el interior del mercados los puestos de comida contaban con pocos clientes.

(Elena Gómez)

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