Doña Doris González compartió su recuerdo más entrañable de aquel día de 1955 cuando Pedro Infante aterrizó en Mérida para ayudar a las personas damnificadas por el huracán Janet.
Le gritó “Pedro” y él se acercó a ella. La tomó entre sus brazos y la subió a su avión, en la cabina. Así se despidió Doris de su mamá por unos instantes cuando tenía 10 años de edad.
Recuerda que era común que ella viera al ídolo mexicano a bordo de su motocicleta Harley Davidson circular sobre la calle 70 del centro de Mérida, el actor se la pasaba cantando "si te vienen a contar cositas malas de mí”.
La mañana del 15 de abril de 1957, doña Doris se estremeció con la noticia de la muerte de Pedro Infante.
"Lo escuché en la radio colgué mi hamaca, quería yo tirarme para matarme, quería yo morir”, comentó con una sonrisa en el rostro y con la pena de alguien que amó al ídolo mexicano de una forma platónica.
Por Redacción Digital Por Esto! SC