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“El hecho de que en el Antiguo Testamento no se presente plenamente desarrollado al Diablo no es razón para rechazar su existencia en la teología moderna judía ni en la cristiana… la verdad histórica se desarrolló a través del tiempo”, declara el profesor Russell en su libro The Devil Perceptions of Evil From Antiquity to Primitive Christianity (El Diablo... percepciones del mal desde la antigüedad hasta el cristianismo primitivo… página 174).

“El diablo todavía vive y está activo en el mundo”, dijo, años atrás, el Papa Juan Pablo II en un discurso que pronunció en Italia. Si así es, Satanás está en la situación propicia para hacer lo que quiera en el mundo… Por su parte, el ex cardenal Joseph Ratzinger –elegido Papa el 19 de abril del 2005, con el nombre de Benedicto XVI–, quien se destacó entre las autoridades del Vaticano sobre doctrina, declaró: “El diablo puede refugiarse en su elemento favorito, el anonimato”.

¿Existe en realidad Satanás? Cualquier persona que cree en la Biblia, de seguro contestaría que sí. A Satanás se le menciona muchas veces por nombre en las Sagradas Escrituras inspiradas. Por ejemplo, el apóstol Pablo, uno de los escritores de la Biblia, al advertir sobre “apóstoles falsos” y “trabajadores que engañan a otros” que se habían infiltrado en la congregación cristiana, escribió: “Y no me sorprende, porque el propio Satanás se disfraza de ángel de luz”. Para el apóstol Pablo, Satanás era un personaje inteligente y engañador. (Ver segunda carta a los Corintios 11:13, 14.)

¿De dónde proviene el nombre Satanás? ¿Qué significa? En su marco bíblico, se forma de los tres caracteres hebreos ? (Sin) ? (Tehth) y ? (Nun). Con sus puntos vocálicos, estas letras forman la palabra “Satanás” que, según el erudito Edward Langton, se “deriva de una raíz que significa ‘oponerse’, o ‘ser o actuar como adversario’”. (Ver la primera carta de Pedro 5:8.) Aunque el nombre Satanás aparece más de 50 veces en la Biblia, se presenta sólo 18 veces en las Escrituras Hebreas (Antiguo Testamento), y eso solamente en los libros de 1 Crónicas, Job y Zacarías.

Pero… ¿a qué se debe que la mayoría de la gente no toma en serio la existencia de Satanás hoy día? En este Siglo XXI, en muchas sociedades la fe religiosa ha sido reemplazada por el ateísmo, el hedonismo, el materialismo y el comunismo. Millones de personas ya no creen en Dios, pues no ven que Su existencia sea necesaria para el actual modo de pensar muy personal de la gente moderna. Y han descartado a Satanás junto con la existencia de Dios. Personas religiosas de la cristiandad, aunque afirman que creen en Dios, tienden a pensar que es anticuado creer en Satanás en este siglo.

Sin embargo, no es extraño que mucha gente también niegue la existencia de Dios. Unos 3,000 años atrás el poeta hebreo David escribió: Los insensatos dicen en su corazón: “No hay Jehová”. Sus acciones son corruptas y detestables;…” (Ver Salmo 14:1; 53:1.) En otro lugar escribió: El hombre malvado, en su arrogancia, no investiga nada; todo lo que piensa es: “No hay Dios”. (Ver Salmo 10:4.) Hasta en aquel tiempo la gente actuaba como si Dios no existiera. Y llegaban a la conclusión:… si no había Dios, no podía haber un Satanás.

En contraste, algunos que creen en Satanás y… hasta van más allá. Lo adoran, ya sea invocándolo por nombre o mediante ritos satánicos o demoníacos. De hecho, por milenios la brujería y la hechicería se han identificado con la adoración de Satanás… No hay duda de que Satanás quiere que lo adoren. Cuando tentó a Jesucristo, le ofreció una enorme recompensa con una sola condición: “…si te arrodillas y realizas ante mí un solo acto de adoración”. (Ver Evangelio de Mateo 4:9.) Por supuesto, Jesucristo rehusó, pero no toda persona ha seguido su ejemplo. En este mundo moderno la adoración de Satanás es algo muy común.

Por ejemplo, en Canadá el periódico The Calgary Herald publicó una serie de artículos con el título: “Los discípulos del Diablo”. Este periódico citó el informe de un investigador policíaco que dijo: “Mediante entrevistas he aprendido que el satanismo no se limita a ningún grupo particular de la sociedad. El Servicio Policíaco de Calgary y la Real Policía Montada Canadiense han obtenido la información de que se cree que tan sólo en la ciudad de Calgary hay 5,000 satanistas practicantes”. Otros informes de prensa muestran que el culto satánico brota en diversas formas por todos los Estados Unidos y Europa.

La adoración de Satanás no se limita a “adorarlo directamente por la invocación de su nombre”. El apóstol Pablo advirtió: “las cosas que las naciones sacrifican, se las sacrifican a demonios y no a Dios”. (Ver primera carta a los Corintios 10:20.) De esta manera, se concluye que adorar a los demonios es realmente lo mismo que adorar a Satanás, pues a Satanás se le llama “gobernante de los demonios”. (Ver Evangelio de Marcos 3:22.)

¿Qué prácticas de “las naciones” pueden identificarse como adoración demoníaca, o adoración de Satanás? Las palabras de Dios a Israel nos dan algunos ejemplos: “No debe haber entre ustedes … nadie que use adivinación, que practique magia, que busque presagios, que sea hechicero, que ponga a otros bajo un maleficio, que consulte a un médium o a un adivino ni nadie que pregunte a los muertos. Porque Jehová detesta a cualquiera que haga estas cosas,…” (Ver Deuteronomio 18:10-12.)

El profesor Russell, en su libro –Mephistopheles The Devil in the Modern World (El Diablo en el mundo moderno), escribe: “El satanismo franco se desvaneció rápidamente después de los años setenta, pero los elementos del satanismo cultural continuaron en los años ochenta en forma de la música rock del tipo heavy metal, que a veces invoca por nombre al Diablo y muestra respeto considerable a los valores satánicos de la crueldad, las drogas, la fealdad, la depresión, la satisfacción inmoderada de los deseos, la violencia, el ruido y la confusión, junto con la infelicidad”.

Un informe periodístico publicó un caso que sorprendió a los neoyorquinos acerca de un joven de 14 años de edad, que… “bajo la obsesión del satanismo”, mató a su madre a puñaladas y después se suicidó. En relación con este tipo de hechos, según informó la revista Maclean, un consejero familiar canadiense dijo que aumentan los adolescentes perturbados que confiesan que practican “el satanismo, muchas veces mientras usan drogas y oyen las variedades más opresivas de la música actual”. La espantosa condición en que se encuentra la humanidad en este siglo XXI hace que uno se pregunte si acaso la influencia de Satanás no va aún más allá de lo que se ha dicho.

¿Quién o qué es esa fuerza? El profesor Russell, arriba citado, responde así: “Se ha definido al Diablo como el espíritu que con todo su poder procura anular y destruir el cosmos de Dios. En la crisis suprema que se está padeciendo en este planeta, en pleno siglo XXI, no se puede descartar esta posibilidad”. ¡Ciertamente quienes se han adentrado en las profecías bíblicas no descartan esa posibilidad! Jesús mismo mostró la gran influencia que Satanás ejerce en el mundo cuando lo llamó “el gobernante de este mundo”. (Ver Evangelio de Juan 12:31.) El libro de Apocalipsis o Revelación describe la actitud mental de Satanás, y dice que está “lleno de furia, ya que sabe que le queda poco tiempo”. (Ver Apocalipsis o Revelación 12:12.)

Con referencia a lo que Satanás está tratando de lograr en este tiempo, el último libro bíblico dice que él usa propaganda demoníaca para reunir a los gobernantes de este mundo “a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso”. (Ver Apocalipsis o Revelación 16:14.) No, no se puede descartar la influencia de Satanás el Diablo cuando uno trata de entender por qué la humanidad sigue con total demencia un proceder que la está llevando a su propia destrucción.

Al considerar que a todas las criaturas humanas imperfectas, se les está oponiendo un enemigo sobrehumano tan poderoso, es muy necesario mantenerse íntegros ante la influencia constante de este ser maligno. Como dijo el discípulo Santiago: “Sujétense, por lo tanto, a Dios; pero opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes”. (Ver Santiago 4:7.)

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