Yucatán

Empresa extractora de materiales acabó con la tranquilidad

52En Xtepén, pueblo fundado hace más de 100 años, la gente vivía muy tranquila hasta hace 9 años cuando llegó ahí una empresa extractora de materiales y todo cambió.

Gloria Ramírez Can, nacida en esa comisaría de Umán que queda a 8 kilómetros de la cabecera municipal, por la carretera a Muna, relató:

–Aquí vino a asentarse la empresa Trimex, que está como a dos kilómetros del pueblo, donde explota un banco de material. Lo malo es que para explotar ese material usan bombas muy potentes que causan sismos, y esos sismos han estado agrietando las paredes y los techos de nuestras casas.

–¿Por qué dice que causan sismos?

–Porque por el estallido de bombas, especialmente los jueves y sábados, de 10 de la mañana a 4 de la tarde: primero se escucha el tronido como dentro de la tierra, para que cuando salga se escuche más fuerte, cimbre todas nuestras casas y las ventanas. Yo creo que se transmite a través de la tierra la sacudida.

–¿Cuántas personas viven aquí?

–Como mil personas, hay muchos niños.

Pueblo amarillento

–¿Les caen piedras como en Xcucul?

–No caen piedras, pero cuando es “norte”, como el aire está en contra, nos trae una capa de polvo amarillento, por eso la tienda y las casas, la ropa, los trastes quedan como empolvados de amarillo, es un polvo que nos viene al pueblo. Y es como amarillenta la hacienda, todo se ve sucio, empolvado, amarillento, hasta da tristeza de sólo verlo.

–¿Se han quejado, qué ha hecho la autoridad?

–De hecho hablamos con la autoridad para ver si nos podía ayudar cuando menos para que le bajen a la potencia de sus detonaciones, porque cada bomba cimbra las casas, pero no tuvimos apoyo de nuestra autoridad, del comisario municipal.

Entonces lo que hice fue reunir a un grupo de personas, como 12, y nos fuimos a hablar con el señor encargado de Trimex. Eso fue hace 5 años. Entonces nos dejó pasar, pero sólo a 4 de nosotras para poder hablar con él, y nos dijo que no había ningún problema ni podían hacerle nada porque todos sus papeles están en orden.

También nos dijo que ellos mismos le avisaron al comisario municipal que iba a venir personal de Protección Civil y de la Sedena para ver si le afecta en algo a los de la comunidad, y que luego le dijeron que Protección Civil y la Sedena sí hicieron el estudio, que al comisario se le avisó (pero a nosotras nadie nos dijo nada) y que, como resultado del estudio, Protección Civil y la Sedena dijeron que no nos afectaba. Que esa fue la resolución, por eso ellos seguían trabajando porque no había ningún daño a la población.

Las cuarteaduras

–¿Y las cuarteaduras a los techos y las paredes, no son daños?

–Ellos dijeron que esas cuarteaduras salieron por la mala construcción de las casas y no por las bombas, y que si estuviera bien construido con las bombas no pasa nada.

–Pero sí pasa, ¿no?

–Claro que pasa, se cimbra todo, se mueve el piso, las paredes, las ventanas.

Detona antes la bomba y sale el sonido, y entonces en unos cuantos segundos cimbra la casa.

–O sea que para ellos una casa bien construida debe ser hecha a prueba de bombas, y como éstas no son de ese tipo ellos no tienen la culpa, ¿no?

–Eso entendimos.

–¿Cuántas casas están afectadas?

–Son muchas, fuimos más de 10 a quejarnos con la empresa de que están afectadas las casas, pero hay muchas más. Hasta la iglesia de San Isidro está dañada, tiene grietas, pero el párroco de Umán no ha hecho nada.

–Pues ya debería haberlo notificado al INAH porque los monumentos históricos son propiedad de la nación. ¿Y qué pasó después de que fueron a Trimex?

Mucho machismo

–Supuestamente Trimex le iba a dar la resolución al comisario para que la viéramos, pero cuando iba a verlo me daba el tren, el avión, que no ha llegado, que no sé cuándo llegue, que no me han avisado. Lo que pasa es que como yo soy mujer no me hacen caso por machismo, porque soy mujer me ignoró o porque no le perjudica a él en nada.

–¿O será por corrupción?

–No lo digo yo, tú lo dijiste, pero la gente de aquí así lo piensa. Me dicen: no te ayudó, Gloria, porque le dieron su lana.

–¿Dice que hay mucho machismo en el pueblo?

–Sí, hay mucho machismo, para las personas adultas de más de 50 años (los hombres), la mujer no puede opinar. El día que vino Gonzalo (el regidor de Umán) salió a la luz que a la empresa Trimex la quitaron de por Tebec y la pasaron para acá.

También molestan de noche

–Pero el problema no sólo es en el día, también en las noches no te dejan dormir, están triturando, están trabajando. Como que muelen las piedras en la noche. Las bombas son de día y, en las noches, cuando ya hay silencio, se empieza a escuchar la trituración.

–¿Y qué pasa con las casas que tienen cuarteaduras, las arreglan ustedes mismas?

–No todas las señoras pueden hacerlo, porque es caro. Yo lo que es de arriba, del techo, se reparó; lo de abajo, donde están las grietas, la cuarteadura, pues no. Antes de llegar la compañía Trimex no se habían cuarteado.

–¿Cuánto le costó la reparación?

–Me costó como 10 mil pesos hace 4 años.

–¿Por qué tuvo que hacer esa reparación?

–Es que se llovía el techo, le entraba el agua por donde se cuarteó. Así estuve dos años porque no tenía para repararla, pero ya en la noche cuando llovía metía cubetas. Teníamos miedo, porque no tenía dinero, pero dije: “Hay que ver de dónde”, y salió el dinero para el techo.

–¿Entonces las demás no han reparado sus casas?

–Hay una que sí y las otras no porque viven al día.

“Llegan a chingarnos”

–¿Cuántos años hace que vive su familia aquí en Xtepén?

–Desde hace más de cien años. Ellos fundaron el pueblo hace más de cien años. Pero antes todo era tranquilidad, nuestras casitas de paja fueron prosperando y llega una empresa a chingarnos, y nadie la mete en cintura, porque según la gente el comisario les dice: Yo calmo a la gente, no pasa nada. Eso dice la gente, y más o menos Gloria lo piensa, pero la verdad no soy tan mal pensada, sigo creyendo que la gente es buena.

–¿Ese comisario que no les ayudó sigue en su cargo?

–No, el que está ahorita tiene dos años en el cargo.

–¿Y sabe del problema?

–Todos saben, porque cuando empiezan su campaña es cuando les empezamos a dar lata. Así como pasa, le decimos lo que necesita el pueblo.

–¿Y después se le olvida?

–Es lo que yo digo: o sea, yo como mujer, y hay otras mujeres, nos damos cuenta de la situación, ¿para qué pones a una persona que no te va a defender? Por costumbres antiguas no te defienden, no hacen nada, no dicen nada, tienen miedo, no sé qué les pasa, no hablan. Pero yo digo: Que chinguen a los ricos, ¿por qué van a chingar a sus propios paisanos, que somos nosotras?

–¿Y hay riesgo de que se caiga alguna casa con esas cuarteaduras?

–Sí hay riesgo para que se caiga. Es lo que yo digo: ¿qué están esperando, que se caiga la casa encima de nosotros para que hagan algo?

Vacío de autoridad

–¿Qué piden ahora?

–Por lo menos que se les reparen las casas a las pobres que ya se les están cayendo, y ellos (la empresa Trimex) que se alejen, porque si siguen con la misma, ¿qué va a pasar? ¿Corren peligro? Yo digo que sí. Pero es mi opinión, no es como que venga una persona que venga y diga: no, pues esto se les puede caer encima.

–Pero eso de mandar a alguien a ver el estado de las casas ya debió haberlo hecho desde hace mucho, desde la primera queja, el Ayuntamiento de Umán, ¿no? En cualquier país civilizado la autoridad ya habría intervenido, pero aquí cuando la gente tiene un problema lo que hay es un vacío de autoridad. Es por eso que uno se pregunta: ¿Para qué están, para servir a la gente o para corromperse?

(Roberto López Méndez)