Roldán Peniche Barrera
Es un yucatequismo muy popular entre los jóvenes.
Cuando observamos a un individuo, generalmente joven, de cuerpo grande y musculoso, le decimos “bombo”. Pero si es exageradamente fornido y de mayor tamaño, le llamamos con el aumentativo de “bomborote”.
Por cierto, también le decimos “bomborote” a las canicas más grandes de nuestro juego.
En su diccionario, leemos las palabras del Dr. Güémez:
Bombo: adj. Se dice del hombre corpulento, fornido, fortachón. También se le dice “choncho”.
Al respecto, dice Rodríguez Cimé:
Bombo (Palomilla): Robusto. Choncho, Jabado, Mamado, Mamey, Ponchado, Trabado, Dado.
Un ejemplo:
Toman las frías en el antro del Mulix, el Becerro, el tío Pascual, el Yorch y otros sabios y no sabios cuando, de pronto, el Becerro ya ebrio, comienza a discutir con el Mulix:
–Oye, Mulix de porquería… ayer me cobraste de más…
–‘Tas loco, güey, te cobré lo justo por la botella de tequila y el cartón de cerveza que te echaste…
–¡Si me chafaste! La botella me la cobraste cincuenta pesos de más, y las birrias me las diste a cincuenta pesos, maldito…
–Te digo que no, Becerro… ‘tás mal.
El tío Pascual y los demás escuchan la discusión y nadie interviene hasta que, harto de todo, el tío paga su parte y, antes de marcharse, se acerca al Mulix y le sopla al oído:
–Ya me voy, pero no dejes que te esté gritando ese buey, ¡rómpele la cara!
–¡‘Tas loco, tío! Mira nomás qué “bombo” está…!