El viernes pasado Mario Sansores Juárez, enfermero especialista en cuidados intensivos, salió de su trabajo donde a diario da la batalla contra el Covid-19 y decidió cenar pizza.
Sin embargo, el personal de un negocio le negó el servicio, lo cual calificó de lamentable, pues el uniforme que debería generar respeto y admiración hoy es blanco de persecución, maltrato, agresiones y discriminación.
Conforme ha avanzado la pandemia del Covid-19 se han dado a conocer casos en diferentes lugares de México y en Mérida, donde se ha agredido a personal de salud que trabaja atendiendo a enfermos, no necesariamente de coronavirus. A algunos les han lanzado café caliente; a otros les han negado subir al transporte público; también les han arrojado basura; a Mario Sansores no le quisieron vender una pizza en Messinas sólo porque portaba parte del uniforme de enfermero.
Narró que el pasado viernes, alrededor de las 9 de la noche, cuando terminó su turno en el Hospital Regional del ISSSTE “Elvia Carrillo Puerto”, donde trabaja precisamente en el área que atiende a pacientes Covid-19, decidió comprar una pizza debido que no había ingerido alimentos desde muchas horas antes.
Explicó que todo el equipo que se tiene que portar para trabajar genera mucho calor, sofocación y, veces, náuseas y vómitos incluso, por lo que la mayoría de los que trabajan en estas condiciones han decidido no ingerir alimentos ni agua antes de entrar a laborar o durante su jornada, sino hasta que terminan de trabajar.
Personas ignorantes
“Ese día desayuné desde las 11 ó 12 del día y no había probado alimento y por ello ese día quise comer una pizza de Messinas y fui al que está en Francisco de Montejo, con una compañera. Llegamos y vi que estaba abierto y que había algunas personas en el interior. Me dirigí a la cajera y le dije que quería pedir una pizza, pero me negó el servicio”, expresó.
Dijo que de inmediato notó la mirada hacia el uniforme y el poco ánimo de incluso hablar con él, por lo que la mujer insistió en que sólo había servicio a domicilio y que no le podían vender para llevar el producto.
Él explicó que no sabía con exactitud la dirección del departamento en el que vive, por lo que esperaría la pizza en el lugar y se la llevaría.
“La mujer me dijo que iba a preguntar, pero no tardó. Salió y me dijo que no se podía y casi casi me tiró un papel, sin quererse acercar y con un número para que marcara y pidiera la pizza a domicilio”, dijo.
Mario salió del local y llamó al número. Pidió la pizza y señaló que se encontraba afuera. Fue entonces cuando la mujer lo reconoció y le dijo que no le venderían la pizza, que no podían, que tenía que ser a domicilio y que tampoco se la podían entregar ahí, donde él la estaba pidiendo.
“Para eso ya eran las 10 de la noche más o menos, y se mantuvo la negativa de venderme una pizza y pienso que es muy injusto esto que está sucediendo, porque las personas que trabajamos en hospitales no solo estamos atendiendo a los pacientes del coronavirus, sino que nos cuidamos mucho y hay estrictos protocolos”, externó.
Dijo que en su caso no tenía uniforme completo, únicamente una filipina, pero aún así la gente de la pizzería se alarmó con sólo ver la prenda, quizá pensando que representa algún tipo de peligro de contagio o algo por el estilo.
“Nuestro uniforme, en lugar de generar respeto, ahora es blanco de persecución y maltrato, como si fuéramos criminales, cuando lo único que hacemos es realizar nuestro trabajo que consiste en servir y ayudar a la comunidad sin ninguna distinción ni discriminación”, señaló.
Añadió que estas reacciones de la gente están llenas de ignorancia porque quienes llevan a cabo este tipo de agresiones y discriminación desconocen todo el proceso, el protocolo que un enfermero o personal de salud lleva a cabo antes y después de estar en la llamada “zona roja” que es donde se atiende a los pacientes Covid-19.
Protocolo estricto
Incluso, dijo, que a pesar de sufrir toda la jornada de calor y sofocamiento por todo el equipo que se debe portar, aun a la salida deben bañarse con agua fría y llevar a cabo todo un protocolo hasta salir del hospital, donde todo el tiempo el trabajador permanece protegido.
Expuso que la gente debería informarse más, no sólo de la labor que lleva a cabo el personal de salud, sino de todas las medidas y protocolos que se llevan a cabo en los hospitales para proteger a los trabajadores de la salud, siempre con la mira de que estos también tienen familia y se deben cuidar para ellos.
(David Rico)