Yucatán

Apicultura peninsular enfrenta graves amenazas

En el marco del Día Mundial de las Abejas, se lanzó un llamado de alerta por la deforestación, los incendios forestales, la presencia de agroquímicos, la implementación de monocultivos en grandes extensiones, así como la entrega indiscriminada de permisos para cambios de suelo, todo lo cual afecta a las abejas y a los apicultores.

En el foro virtual “Apicultura y Resistencia en la Península de Yucatán”, organizado por la asociación civil “Carnaval del maíz”, participaron Leydi Pech Martín, apicultora de Holpechén; José Eduardo Moo Puerto, de la cooperativa Flor de Tajonal de Felipe Carrillo Puerto y el investigador Eric Vides Borrell, de El Colegio de la Frontera Sur.

Moo Puerto mencionó que desde hace dos o tres años el precio de la miel ha venido cayendo y que ahora se paga aproximadamente a 30 pesos por kilo.

Asimismo mencionó que los incendios forestales han proliferado; se presume que muchos han sido provocados, aunque no hay pruebas contundentes de ello; de todas formas, afectan la apicultura pues acaban con la vegetación.

Manifestó que otro factor que desanima a los apicultores es la enorme cadena de intermediarios que mal pagan el dulce y luego lucran con el producto.

—Cada día veo cómo entre los apicultores hay un gran descontento, una desmotivación porque la actividad desde el punto de vista económico ya no está dando resultados, concluyó.

Por su parte, Leydi Pech Martín mencionó que las grandes extensiones de monocultivos, el uso de glifosato y otros agrotóxicos representan una seria amenaza para las abejas en esa zona y puntos adyacentes.

—En el municipio de Hopelchén tenemos un foco rojo, pues es el municipio con mayor deforestación a nivel nacional; aparte de que se deforesta para la siembra de soya, se utilizan plaguicidas; la fumigación se hace desde avionetas; el uso de agrotóxicos ha provocado la muerte masiva de abejas.

Agrotóxicos en el agua

A su vez, el investigador Eric Vides Borrell recordó que la presencia de agrotóxicos, como los plaguicidas, se corroboró en el 2017: el investigador Jaime Rendón, de la Universidad de Campeche, hizo un muestreo en el agua de pozos cercana a Holpechén y también en la orina de algunos jornaleros agrícolas y encontró altas concentraciones de glifosato, por encima de los parámetros permitidos en la Unión Europea.

El glifosato es el herbicida que se utiliza en la siembra de la soya transgénica, se aplica de manera indiscriminada con avionetas y ese químico cancerígeno se queda en el suelo y las plantas. Cuando vienen las lluvias, el glifosato se disuelve en el agua y se va derechito a los mantos freáticos

Otras afectaciones directas a las colonias de abeja ocurren por las fumigaciones de cultivos de chile a base de herbicidas nicotinoides y organofosforados que matan a cualquier tipo de insectos, incluso las abejas, concluyó.

(José Manrique)