Miles de meridanos comenzaron desde ayer a surtirse de insumos y productos de consumo diario en mercados y tienditas de sus colonias, luego de que las autoridades sanitarias estatales y el Ayuntamiento de Mérida cerraron el Lucas de Gálvez y el San Benito por un brote de coronavirus.
Aunque la disposición considera sólo dos semanas de inactividad en los dos principales centros de abasto de la capital yucateca, para muchas familias resultará complicado adquirir la variedad de productos que podían encontrar en un solo sitio que, además, estaba en el Centro.
Numerosas personas también acudían a los dos mercados porque era el paso cotidiano cuando salían de trabajar y aprovechaban comprar verduras, frutas, granos, accesorios, condimentos o cualquier tipo de alimentos.
Opciones
Asimismo, las amas de casa y quienes tienen alguna lonchería, restaurante o venta de comida en sus casas eran los principales clientes de las áreas de carnes, mariscos, vegetales e insumos similares.
(En nuestra edición de ayer dimos a conocer el cierre del Lucas de Gálvez y el San Benito debido a que se identificaron 47 casos de COVID-19 tras aplicarse pruebas a 119 locatarios la semana anterior. Las autoridades determinaron que la suspensión de labores será de dos semanas mientras realizan labores de desinfección en todas las áreas de venta).
Ante esta situación, miles de meridanos comenzaron desde ayer a buscar en sus propias colonias o fraccionamientos los productos que necesitan para satisfacer sus necesidades cotidianas, ya sea en tienditas de la esquina, en pollerías y carnicerías, a las puertas de casas donde mucha gente acostumbra vender menudeo e incluso en supermercados.
También están las opciones en los llamados mercados periféricos, es decir, los que funcionan en los barrios como Santiago, Chuburná, Chembech y Alemán, entre otros, aunque evidentemente sólo acudirían quienes vivan por la misma zona.
¿Y los tres mil pesos?
El cierre de los dos mercados principales también ocasionará problemas a miles de comerciantes que todavía operaban sus puestos, ya que prácticamente en todos los casos la venta cotidiana representaba la única fuente de obtener el sustento familiar.
Varios de los locatarios se quejaron el pasado miércoles, cuando desalojaron sus puestos, de que el Ayuntamiento de Mérida no les había cumplido la promesa de que les iba a otorgar a cada uno tres mil pesos en calidad de apoyo como una ayuda durante los 15 días que suspenderán sus actividades.
La autoridad municipal, a su vez, no se ha pronunciado sobre la queja expuesta por los comerciantes.
(Rafael Mis Cobá)