“La resistencia a la implementación de la sana distancia y el cubre-bocas es una irresponsabilidad y una falta de amor a la vida”, aseguró el médico general, Carlos René González Campos.
Desde el inicio de la pandemia del COVID-19, la Secretaría de Salud federal ha instruido que la ciudadanía implemente la sana distancia de metro y medio entre las personas para evitar el contagio; la realidad es muy diferente, porque la sociedad y en especial los meridanos no todos la implementan como debe ser.
La sana distancia fuera de casa se debería llevar por sentido común, porque al infectarse una persona, también podrá infectar a otras, especialmente a sus familiares.
En las avenidas y calles principales, donde existe la vigilancia de la sana distancia por parte de la policía, la gente cumple con la disposición de una persona por vehículo o con dos personas dentro en dirección opuesta. Pero en el caso de las colonias esta medida no es acatada, porque se pueden ver dos personas juntas o familias dentro del vehículo, ciclistas y conductores sin cubre-bocas, gente caminando sin ningún tipo de protección o reunida sin la más mínima preocupación.
A pesar de que en este momento Yucatán se encuentra en el tercer puesto con mayor número de contagios, y Mérida tiene más casos positivos, sus ciudadanos insisten en juntarse en un mismo sitio para realizar festejos o charlas.
El entrevistado consideró que en el caso de las familias de bajos recursos, apenas tienen algo para meterse a la boca de comer, no tienen cómo comprar cubre-bocas y muy pocos tienen la facilidad de realizar la sana distancia dentro del hogar, por ser una vivienda pequeña y en dado caso de que alguno de sus integrantes tenga coronavirus, no sería posible el confinamiento por la falta de espacio.
De las personas que realizan un trabajo en la calle, muy pocos cuidan la sana distancia, se confían en que todos los compañeros de labor están saludables y se acercan discutir o platicar de hombro a hombro.
A pocos días de que comience la apertura gradual post-confinamiento, el doctor Carlos manifestó que ni el Gobierno del Estado ni sus municipios se han dado la tarea de verificar dichas medidas de higiene en las constructoras, porque los albañiles suelen agruparse muy cerca y podrían contagiarse.
En el caso de los trabajadores del interior del Estado que llegan a Mérida a trabajar en los grandes desarrollos, cuando terminan su labor del día se van a dormir a cuartos pequeños, donde comparten área con más de 8 trabajadores, aumentando el riesgo de contagio y la nula aplicación de la sana distancia
Alberto Duarte, de oficio albañil, manifestó que no usa cubre-bocas al momento de realizar su trabajo porque lo considera incómodo, se ensucia rápido con el material y sudor, evita la ventilación necesaria que necesita.
El doctor Carlos González manifestó que es muy importante que la gente sea consciente en su salud y la de los suyos, use el cubre-bocas y mantenga la sana distancia para no ser parte de las estadísticas de nuevos casos de COVID-19 o de los lamentables fallecimientos.
(Melly Manzanero)