Yucatán

VALLADOLID, Yucatán, 24 de mayo.- “El Chivo”, como se le conocía, en su niñez vivió en la calle 35 x 36 del barrio de Santa Ana; su mamá vendía dulces en el parque de esta ciudad en su triciclo y en su juventud se enfermó de ataques de histeria y perdió parte de la razón. Cuando estaba alterado era hasta cierto punto agresivo y grosero pero cuando estaba bien era tranquilo y hasta respetuoso. Al morir su mamá se quedó solo, en la que fue la casa de su progenitora.

Fue llevado en innumerables ocasiones al asilo psiquiátrico de la ciudad de Mérida para que se le trate y cuando regresaba frecuentaba mucho el Mercado Municipal “Donato Bates”, allí los locatarios le regalaban comida y se le veía cuando se retentaba de su mal, por lo que se lo llevaba la policía; cabe mencionar que se rumoraba que tenía una hermana, pero nunca se preocuparon por su condición.

Cabe señalar que el “Chivo” fue llevado a Mérida no una, sino innumerables veces, primero por la Policía Municipal, pues en ocasiones en el zoco le agarraba los glúteos a las muchachas, o se sacaba los genitales. Otras veces robaba y arrancaba a correr, en una ocasión le hurtó queso a una muchacha, por lo que tuvieron que alcanzarlo para quitarle el producto lácteo.

Por estas y otras cosas más lo mandaban innumerables ocasiones al Hospital Psiquiátrico “Yucatán”, pero tan pronto mejoraba lo dejaban salir. Cabe mencionar que hubo un tiempo que estuvo muy calmado, pero posteriormente se lo llevaron de nuevo y no lo volvieron a ver, por lo que la gente supone que falleció.

(Manuel Vázquez Rivero)