Yucatán

Al cerrar bares y cantinas de Progreso

PROGRESO, Yucatán, 27 de mayo.- Edecanes de bares y cantinas de este puerto pasan serios apuros económicos pues desde el pasado 11 de marzo, cuando en el puerto se decretó la Ley Seca, permanecen desempleadas y sus ahorros se han terminado.

Jazmín, Frida y Zarah laboraban como edecanes del puerto junto con unas 30 féminas más quienes esta tarde platicaron con el corresponsal, donde como muchas personas del puerto han perdido sus fuentes de empleo, la falta de dinero y de forma de obtenerlo.

“Además los moteles y hoteles cerraron, igual situación que agudiza nuestra situación económica, para irla pasando a pesar que tenemos hijos menores de edad, debemos las rentas de los cuartos que ocupamos y ahora nos llegaron los recibos de energía eléctrica, la situación de nosotras es desesperante.

“No esperábamos que este problema del COVID-19 se prolongara tanto, debido a que en realidad algunas teníamos algunos ahorros, pero poco a poco se fueron gastando hasta llegar al grado de llevar nuestras pertenencias a las casas de empeño.

“Tuvimos que racionar los gastos de la casa, ante la necesidad de dinero para adquirir lo más elemental después de más de dos meses sin trabajo.

“Estamos pasándola regular después de la veda del mero debido a que nuestro trabajo tiene mucho que ver con los pescadores, patrones de barcos, empleados de obras y empelados portuarios que son los clientes que dan vida a los bares y cantinas del puerto.

“Aunque debemos aceptar que hay patrones de costa que nos apoyan, pero ahora dicen que les va mal; al principio nos contestaban el teléfono, ahora nos han bloqueado y dicen que no tienen dinero.

“Vamos algunas al puerto de Yucalpetén y preguntamos si algunos están trabajando en altamar, debido a que algunos si no tienen dinero al menos nos obsequian algunos pescados para el alimento del día.

“Algunas de las edecanes no contamos con credencial de elector, somos de otros Estados de la República, otras estamos de paso por México debido a que esperábamos juntar dinero y buscar otro camino, porque somos de Centroamérica, pero al llegar la pandemia no podemos movernos del puerto.

“Al no poder pagar la renta de los cuartos nos encomendamos en casa de otras chicas, pero están en situación similar a la nuestra, estas también tienen hijos y diario tenemos que darles de comer y la pandemia continúa.

“Estamos en contacto y salimos a ver qué conseguimos, pero con el cierre de moteles y hoteles la situación se acrecentó al grado que estamos a expensas de los caseros y ahora con el miedo que la Comisión Federal de Electricidad, con los recibos tan altos que nos llegaron nos corten el suministro eléctrico.

“También hay patrones de bares y cantinas que están conscientes que nos ofrecen algunos pesos, de manera humana al conocer nuestra verdadera necesidad, pero en realidad nosotras como edecanes, pedimos oportunidad para trabajar en los antros hoy cerrados, nuestro trato con los encargados es sin ningún compromiso, trabajamos, atendemos las mesas, al terminar el día nos pagan, no hay compromiso de ninguna parte.

“En diversas ocasiones el encargado del bar nos llama cuando hay demanda, porque llegó gente adicional y nos permiten ganar dinero en ese día, pero con la ley seca andamos sin dinero, con deudas, al parecer esto no tiene para cuándo acabar.

“En este ambiente nos relacionamos con patrones de barcos que son bondadosos y nos apoyan al igual que algunos pescadores que en su momento tienen dinero, les servimos de damas de compañía, algunas veces en otra variedad de manera temporal mientras haya dinero para sufragar nuestros gastos como toda persona”.

(Julio Jiménez Mendoza)