Por primera vez en 56 años el gremio por el Día de la Santa Cruz no se realizó como de costumbre en la casa de doña Apolonia May, en Caucel Pueblo, Yucatán. Este año su domicilio no se llenó y no hubo mototaxistas que realizaran la procesión.
Sin embargo, aunque la pandemia por COVID-19 evitó que las personas se reunieran como cada año, el festejo no faltó. Incluso retumbaron los tradicionales voladores.
A sus 75 años Apolonia May conmemoró este 3 de Mayo con su esposo José Hernán Noh y con algunos integrantes de su familia en la capilla de la esquina.
Una celebración que nada tiene que ver con el Día del Albañil sino que es puramente religiosa para venerar a la Santa Cruz Verde y a Dios.
"Le doy gracias a Dios porque en todo me ha ido bien. Le pido que no me abandone, que yo siempre esté con él y él esté conmigo", dijo la mujer.
La fiesta familiar incluyó el tradicional escabeche de pavo, que se ofrece como ofrenda a la cruz, que en realidad simboliza a Jesucristo.
"Crié dos pavos para él (Jesucristo) y los cociné en escabeche", comentó.
De igual forma, la cruz fue decorada con un listón bordado y los creyentes dejaron arreglos florales en ofrenda para agradecer por las bendiciones que, aseguran, han recibido a pesar de los tiempos difíciles que se viven en medio de la crisis por el coronavirus.
Por Redacción Digital Por Esto!
AS