Síguenos

Volver

ÚLTIMA HORA

Internacional

En Bolivia, Evo Morales mantiene protestas contra el presidente Luis Arce

Volver

Yucatán

En Yucatán, las autoridades prácticamente regalan millones de litros de agua al día a las industrias cervecera y porcícola, manifestó Francisco Bautista Zúñiga, Doctor en Ciencias y presidente nacional de la Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karst, que es el tipo de suelo de Yucatán.

–¿Tanta agua usan?, preguntamos.

–Claro, pero no lo dicen así: hablan de metros cúbicos. Por ejemplo, una granja de unos 30 mil cerdos está usando de dos mil a tres mil quinientos metros cúbicos por día, pero eso es de 2 millones a 3 millones y medio litros de agua al día. Como nadie entiende por metro cúbico, lo dicen así, pero la realidad es que un metro cúbico equivale a mil litros. De hecho, cualquiera así se hace rico si el agua no le cuesta.

Enfermedades

–Doctor, será esa la razón por la que dicen que los convenios para establecer la empresa cervecera de Hunucmá están bajo un acuerdo de confidencialidad que los va a mantener en secreto durante más de 10 años?

–Claro, si les regalan el agua, la gente se va a indignar si se entera. Entonces lo que buscan al cuidar el secreto de los acuerdos son sus grandes negocios hechos con algo como el agua. Pero no es el único problema, hay dos más: a los que se la cobran, en el supuesto caso de que a alguna o algunas empresas les hagan ese cobro, les cobran demasiado poco, lo que para el monto de sus negocios resulta como si se las regalaran. Por eso vienen a establecerse a Yucatán. Y hay aún otro problema más: la contaminación. Hay granjas porcícolas en todo el Estado que están contaminando con nitratos y con materias fecales, con la mierda de los cerdos. El problema de las granjas porcícolas es que usan cantidades enormes de agua, millones de litros por día, para bañar a los cerdos y para limpiar los corrales, esas aguas están llenas de heces fecales y se filtran al manto freático, luego las sacamos y nos las tomamos.

–¿Qué enfermedades ocasiona eso?

–Ocasiona muchas enfermedades y problemas, desde problemas en el estómago hasta respirar: cuando uno pasa cerca de las granjas, uno siente toda la podredumbre que hay en el ambiente, y uno tiene problemas hasta por olerlo, ahora peor si nos lo tomamos.

–¿Entonces es mucho su consumo de agua?

–Claro, como les regalan el agua hasta la tiran. En realidad el precio es baratito, si usan millones de litros por día pagan demasiado poco por el agua.

Japoneses no ensucian su agua

Prosigue el Dr. Bautista

–Y las granjas porcícolas en general son empresas que hasta presumen. Dicen: “Bueno, estamos exportando a Japón”. Claro, los japoneses no son tan tontos, no van a ensuciar su agua. Los países que compran carne de cerdo cuidan su ambiente, porque ellos no tienen tanta agua. Y de las miles de toneladas de carne limpia de cerdo que van a Japón, ¿dónde se quedan las heces? Esas ni la tratan ni se las llevan, esas se quedan en el Estado.

–¿De qué cantidades de heces estamos hablando?

–Los cerdos tienen un metabolismo parecido a los humanos. Un cerdo adulto genera un kilo de heces fecales por día. Una granja de 50 mil cerdos produce en promedio 50 mil kilos al día, 50 toneladas de heces. Por 30 días son 1,500 toneladas, es una súper cantidad, pero y por año, 18 mil toneladas de heces. En un año es terrible la cantidad. Y no es una sola granja, son muchas. ¿Y dónde va a parar eso? Pues eso va a parar al acuífero. Aquí en Yucatán las plantas de tratamiento no las saben usar, y además les sale muy caro usarlas como debe de ser. Por eso la estrategia que tienen es decir: Bueno, le quito un poco de materia orgánica y la echo al suelo para cultivar. Pero una granja de cerdos para trabajar más o menos bien requiere de suelos profundos a un lado de la granja. Varias decenas de hectáreas de suelo profundo, para entonces poder usar el suelo como planta de tratamiento natural.

El problema es que hay lugares del Norte del Estado de Yucatán donde la tierra se llama nudilitis leptosol, lo que significa menos de 5 centímetros de profundidad y no puede asimilar esa cantidad de heces. En Alemania sí puede ser, en Estados Unidos puede ser, en Michoacán puede ser, pero en Yucatán no. Y son cientos de granjas. Hay algunas que tienen hasta 50 mil cerdos. Una granja de 50 mil cerdos es tan grande como un municipio pequeño. Sería el agua residual que producirían unas 10 mil familias.

Sólo el 10% de plantas funcionan

Además, el agua la mayoría de las plantas de tratamiento la tratan mal. En realidad sólo el 10% por ciento de las plantas de tratamiento en el resto del país son bien utilizadas. Y en Yucatán se debe estar por debajo de ese porcentaje.

–¿Por qué ocurre eso?

–Una de las razones es que las plantas de tratamiento necesitan un ingeniero que cuide su funcionamiento. Pero en Yucatán, para no pagarle al ingeniero, dejan que las maneje algún campesino que no sabe nada de eso.

Las instala un ingeniero y después las operan los campesinos sin supervisión alguna. Casi todas las granjas hacen lo mismo, es que les cuesta tratar el agua, y no quieren pagar ese costo.

Intocables

–¿Pero por qué pasa eso?

–Porque nadie los detiene, son los dueños del territorio, hacen lo que ellos quieren, pero por eso la gente ya se está organizando. Lo que estamos haciendo, nuestras nuevas investigaciones están dirigidas a seleccionar los terrenos en el Estado de Yucatán que sí pueden ser utilizados para las granjas de cerdos. Porque también a los dueños de las granjas a veces los engañan los técnicos, les dicen: traemos tecnología europea, lo mejor que hay en el mundo, y ellos creen que están haciendo las cosas bien, pero luego cuando hay un peritaje ambiental descubren que no es cierto. Por eso estamos haciendo los mapas de aptitud de tierra para el establecimiento de granjas porcícolas.

–¿Tendrían que cambiarse a esas áreas las que ya están?

–Es muy difícil reorientarlas, pero las granjas que ya están instaladas, si quieren crecer, tendrían que hacerlo en donde realmente se puede sin causar daños. Estamos por terminar los mapas y en esto participa la Dra. Yameli Aguilar. Ya hemos publicado los mapas de la calidad agrícola del agua subterránea.

Todo está en riesgo

–¿Qué se pone en riesgo al no tratar adecuadamente el agua residual?

–El agua, el suelo, la flora y la fauna natural y, por supuesto, la salud de la gente. Eso es lo que se pone en riesgo. Por ejemplo, Hunucmá que está cerca de la costa, es vulnerable. ¿Cómo puede convivir una granja de cerdos apestosa con el turismo que se encuentra en Celestún? Son incompatibles. En las granjas, cualquier desecho líquido se va al agua.

Nuevas leyes o futuro de violencia

–¿Cuál es el futuro de estos problemas, tendrán solución?

–Estos problemas por el agua se van a hacer más agudos y, si la autoridad no toma cartas en el asunto, va a haber conflictos sociales violentos y muertos que nadie quiere. Para que no haya problema social, para que no haya conflictos, para que no haya violencia entre los que generan el empleo y la población, tenemos que hacer nuevas leyes ambientales y seguirlas al pie de la letra. Con las nuevas leyes vendrán cosas que no le van a gustar ni a la población ni a los empresarios, porque la agricultura y la ganadería se tienen que ir al Sur. Allá estos suelos profundos pueden seguir como protección para el agua, se comportan como plantas de tratamiento natural.

Cuidan sus grandes negocios

–Doctor, leí que la información de los acuerdos para la creación de la empresa cervecera de Hunucmá está sellada. No se puede abrir porque hay un convenio de que no se dé a conocer, sino hasta dentro de más de 10 años.

–Como te decía: si les regalan el agua, la gente se va a indignar si se entera. Si a una planta porcícola le regalan millones de litros de agua al día, y a una cervecera miles de millones de litros de agua al día, porque eso es lo que consumen, cualquiera se hace rico si el agua no te cuesta. Entonces lo que buscan al cuidar el secreto de los acuerdos son sus grandes negocios hechos con algo como el agua.

–Que debería ser patrimonio de todos los yucatecos, ¿no, doctor? Porque Yucatán tiene muchísimos rezagos, y los que utilizan el agua para sus negocios deberían estar pagándola para que se cuente con recursos para sacar adelante al Estado, no a los funcionarios y políticos.

–Así es, y aún dentro de eso hay cosas que son más graves que otras. Estos de la cervecera consumen el agua, pero no la regresan sucia; sin embargo, las granjas porcícolas la sacan un poquito contaminada y la regresan súper contaminada. El agua es un bien escaso que se acaba, y que debe de costar. No es lo mismo, no debe valer lo mismo para las personas que para las empresas. En otros lugares los primeros 50 litros por persona son gratis, pero los primeros cien tienen un costo; mil litros más, cuestan más y si te gastas un millón, como hacen esas grandes empresas, tiene que valer mucho más; entonces por eso los convenios con las empresas como la cervecera son secretos, se les está regalando el agua de Yucatán.

–Entonces, doctor Francisco, a la gente, a la ciudadanía, le cuesta cada día más cara el agua, pero a esas empresas, gracias a convenios secretos entre empresarios y funcionarios de gobierno, o a los precios demasiado bajos, prácticamente se les regala…

–Por eso hay que definir la propiedad: ¿De quién es el agua subterránea, de los pueblos originarios o de los empresarios? Porque al parecer ahorita, con la ley que está vigente, parece que es de los empresarios. Sin embargo, se está discutiendo cambiarla.

La burla del empleo

–Doctor, una de las razones o pretextos que se adujeron para las concesiones a la cervecera y que se usan en muchos otros casos para justificar las “facilidades” que se les dan, es que crean empleos. Incluso se obliga a los Ayuntamientos a regalar los terrenos donde se asientan esas empresas cuando pudieran pagarlos.

–Sí, los empresarios cerveceros dicen: venimos a generar empleo, pero de cien pesos al día; en realidad es una burla, son empleos precarios y mientras son millones de litros de agua gratis los que extraen día a día.

–¿Por qué sucede todo esto en Yucatán, por corrupción?

–Por un lado es así y, por otro lado, es ignorancia. Hay autoridades ambientales que de calidad del agua saben poco. Algunos de ellos fueron mis alumnos, pero no saben nada del agua. Los apantallan, ven una planta de tratamiento y los apantallan. No saben, son biólogos, pero no saben. Es la corrupción, pero también es la ignorancia. Sin embargo, no todos los empresarios son iguales, y no todos los ciudadanos son iguales: hay conscientes, y hay que dan pena.

Mitos de Yucatán

–¿Decía usted que es un mito que el agua de Yucatán sea de buena calidad?

–Así es: no es de buena calidad. Hay varios mitos como ese en Yucatán. Otro mito es que en Yucatán no hay suelo, sí hay suelo, en el Sur están los buenos suelos agrícolas. En el Norte son delgaditos, de menos de 5 centímetros de espesor, no son aptos para la agricultura. Otro mito es que Yucatán es plano, pero no, tenemos un montón de lomeríos en el Oeste y en el Sur. Y también muchos hoyos en el suelo que hacen que no sea plano.

En Yucatán no hay grandes sierras como la Sierra Madre del Sur, no hay elevaciones tan grandes, pero sí suficientes para decir que no es plano.

–¿Cómo se encuentra la calidad del agua subterránea en Mérida?

–El agua subterránea bajo la ciudad es un desastre y se tiene que poner algún tipo de drenaje, algún tipo de tratamiento casero del agua. El agua tiene que valer muy cara, los terrenos tienen que valer muy caros, esto no le va a gustar a nadie. Para que la gente no ocupe grandes terrenos. En China, en Vietnam, hay terrenos kársticos, donde están creciendo hacia arriba. Tenemos que ser muy cuidadosos del agua. La gente que vive de los cenotes, tiene que hacer letrinas secas, la extracción debe ser cara y alzarla mucho más, al doble o al triple.

–¿Qué calidad o calidades tiene el agua de Yucatán?

–La calidad va de media a mala. Una de las primeras cosas que hay que decir es que debemos terminar con el mito de que el agua subterránea es de buena calidad agrícola. Porque en realidad los acuíferos que tenemos en Yucatán van de media calidad a muy mala calidad. Tiene diferentes calidades y prácticamente son diferentes acuíferos.

Tiene sales diferentes dependiendo del lugar. En el Sur son de sulfato de calcio, en el Norte van a cloruradas con sodio, y en el Centro van a ser carbonatadas, y la que es medianamente regular para las plantas es la carbonatada, pero no es muy buena para la salud, porque es la que ocasiona la formación de las piedras en los riñones. En el Oeste, frontera con Campeche, tenemos mucho cloro. También de Ticul hacia Campeche lo que tenemos son aguas cloruradas, con sales de cloruro de sodio. Y también por Río Lagartos tenemos una gran cantidad de cloro y de sodio también.

En el Sur, por Peto, el agua tiene sulfato de calcio, y tanto los sulfatos como los cloruros, como el sodio, son dañinos para la agricultura. Estas aguas con esta calidad nos van a echar a perder los suelos agrícolas. Y ya las de mejor calidad las tenemos al Centro del Estado, al Sur de Tizimín, al Oeste de Valladolid y al Este de Mérida.

Finalmente el investigador dijo que tienen un programa para llevar información científica, de calidad, sobre el suelo de Yucatán y el agua a las nuevas generaciones.

–Estamos haciendo material didáctico para niños para que conozcan estas cosas, el agua, su relieve…

Trayectoria

Además de presidente nacional de la Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karst, el Doctor en Ciencias Francisco Bautista Zúñiga, quien nació en el Distrito Federal, es desde hace 12 años investigador titular del Centro de Investigación en Geografía Ambiental de la UNAM, en Morelia, Michoacán. También trabajó como biólogo por más de 15 años en Yucatán, en la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la UADY.

(Roberto López Méndez)

SIGUIENTE NOTICIA

Yucatán

Entregan alimento procesado para alimentar el hato.