Después de un mes en confinamiento, 9 de cada 10 niños pueden desarrollar trastornos postraumático si no tienen una rutina específica que los mantenga entretenidos en el hogar, afirmó el Dr. Roberto Carrillo Ruiz, psiquiatra de la Unidad de Psiquiatría Infantil del Hospital Psiquiátrico “Yucatán”.
Señaló que en un principio el confinamiento no les afecta, sino al contrario, lo ven agradable porque no van a la escuela y no hay responsabilidades; sin embargo, cuando aumenta el número de días en casa pierden su rutina: no ven a los amigos ni salen a jugar, lo cual empieza a generarles incertidumbre. Asimismo, el no tener una información clara de lo que sucede les provoca ansiedad, dudas y miedos de contagiar a sus papás y/o abuelitos y ocasionarles la muerte.
Dos formas
–El confinamiento en niños pueden ser de dos formas, en casa o en el hospital, y cada una desarrolla problemas emocionales que pudieran alterarlos psicológicamente. Los niños confinados en casa, en su mayoría desarrollan síntomas de ansiedad y depresión porque hay un cambio visible en su conducta, son más berrinchudos, impacientes y agresivos, física y verbalmente, tienen problemas con la autoridad, no respetan límites ni reglas, tienen alteraciones de afecto y de sueño, les cuesta mucho dormir o no dormir, despiertan muchas veces en la madrugada, tienen alteraciones en la alimentación, etc. Por su parte, el confinamiento por infección, que son los que se encuentran en situación grave, tiene un impacto severo en su estado de ánimo, desarrollo psicológico y emocional, indicó.
–Los niños pequeños que se contagian desarrollan problemas emocionales, pues se les separa de su familia, ya sea en el hospital o en la propia casa. Estos niños pueden llegar a tener trastornos psiquiátricos y se tiene que intervenirlos de una manera más drástica, con enfermeras de 24 horas, hay que establecerles rutinas, impartirles talleres psicosociales que los ayuden a superar la enfermedad e incluso la pérdida de un ser querido.
Trastorno psiquiátrico
Cuando los niños presentan síntomas severos, como alteraciones del sueño, dejan de comer, muestran apatía, fatiga, cansancio, o bien duermen demasiado, es posible que estén experimentando algún trastorno psiquiátrico, alertó.
–Si un niño se vuelve ansioso, desesperado, come mucho, se orina de noche o presenta ansiedad o depresión es necesario llevarlo con un psiquiatra o psicólogo clínico para llevar a cabo terapias, psicoterapias breves e incluso podría requerir un manejo farmacológico.
Existen casos severos, cuando el menor padece cuadros de psicosis o locura, que afortunadamente son breves y transitorios.
Recomendaciones
Nuestro entrevistado dijo que es muy importante para un niño y un joven, que se establezcan rutinas en casa, levantarse a la misma hora, bañarse, desayunar, tener alguna actividad grupal en casa, hacer ejercicio, estudiar.
Asimismo se recomienda que tengan una alimentación balanceada, con alimentos frescos, no procesados, así como disminuir la ingesta de azúcar.
Tener una actividad creativa, como dibujar, pintar, colorear, componer canciones, cuentos, etc., distrae a los niños en el confinamiento y los ayuda a desarrollar su imaginación.
El Dr. Carrillo Ruiz manifestó que los padres deben cuidar la cantidad de información que proporcionan a los niños sobre la pandemia, la cual debe ser veraz, honesta y no darles más de lo que están pidiendo porque puede generarles ansiedad.
En los adolescentes, las actividades tecnológicas sociales, como lo son los chats de comunicación con sus amigos, ver películas, reunirse vía en línea para jugar cartas, etc. los ayuda a reducir su estrés durante el confinamiento.
Los padres o tutores deben entender que, antes de acercarse al niño o al joven, deben estar tranquilos, es decir, que sepan manejar sus emociones, que se apoyen mutuamente para que sus hijos tengan un ambiente propicio.
Pláticas cortas
También manifestó que, en este momento, en el Psiquiátrico Infantil no se atienden pacientes; sin embargo, hay pláticas cortas con los padres de familia en las que se les pide que estén emocionalmente estables para no afectar al menor, aunque en este momento la situación económica y laboral es difícil.
Un entorno saludable favorece al desarrollo óptimo del niño, y para que esto se logre deben haber los cinco elementos fundamentales que son el amor incondicional, el diálogo, respeto muto, reforzamiento positivo de todo lo que hagan los niños y la disciplina.
Finalmente dijo que, aunque reconocemos que en estos momentos estamos en una situación de crisis, no hay que perder la esperanza.
(Melly Manzanero)