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Trabajar para comer

El cierre de los mercados debido al COVID-19 dejó sin sustento a muchos locatarios y vendedores de frutas y verduras, quienes han tenido que ingeniárselas para poder sobrevivir.

Armando y María Pérez Alvarez, quienes consideran como su casa el mercado San Benito, que los ha visto crecer, formar familia y actualmente ser su lugar de trabajo, veían con incertidumbre que a pesar de los altos contagios del virus, la gente no tomaba ninguna medida de cuidado.

Cuando se enteraron del cierre del mercado, lo que creían sería algo imposible, se vieron forzados a buscar otros lugares de venta como la Casa del Pueblo, donde estuvieron buscando algún espacio para colocar sus huacales de verduras y frutas de temporada.

Debido a la escasa venta y al temor de ser reprendidos por los venteros fijos de ese tianguis, decidieron buscar otros sitios de venta que no tuvieron el resultado que esperaban.

Un vecino de Kanasín, viendo la desesperación de los vendedores, les ofreció espacio en una casa ubicada en la calle 73 entre 46 y 48 del Centro para que guardaran su mercancía y pudieran instalar un puesto durante la mañana.

Los jóvenes aceptaron, instalaron una lona al frente para protegerse del Sol y de la lluvia para, después, colocar sus huacales de hortalizas, tubérculos, recados y variedad de frutas de la temporada.

Agradecidos

“Estamos muy agradecidos porque tenemos un espacio provisional, que nos da de comer, no es mucho, pero tenemos algo que meternos a la boca”, dijo Armando.

Durante poco más de dos semanas estos vendedores han sido bien recibidos por los vecinos de San Cristóbal, quienes en su mayoría son adultos mayores, tienen dificultades para caminar y acuden a ellos para abastecerse y también ayudarlos en su economía.

Con el dinero que juntan sacan para la comida del día, que ahí mismo guisan y lo demás es para comprar mercancía, proveniente de la Central de Abastos.

Armando manifestó que algunos de sus clientes del mercado los han contactado y visitado en el puesto provisional, donde les informaron que los pocos vendedores de verdura y fruta que lograron abrir en el nuevo bloque de reapertura, están ofreciendo productos frescos a precios altos y rematando lo que está a punto de descomponerse.

Estos dos comerciantes esperan con ansias la apertura del área donde se encuentra su puesto en el San Benito, aunque saben que al abrir no tendrán garantizado el sustento que tenían antes de la pandemia; sin embargo, ya tienen listos sus cubrebocas, gel, su letrero de cartón donde exhortan a la sana distancia, para evitar cualquier contagio y debido a ello el mercado se vuelva a cerrar.

(Melly Manzanero)

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