El paso de la tormenta tropical “Cristóbal” impactó severamente a los pequeños productores del municipio de Tahdziú, quienes hoy, además de la pérdida de sus cosechas de chile habanero, chile dulce, chile xcatic, sandía, pepino y papaya, entre otros, deberán hacer fr ente a las deudas adquiridas, ya que la mayoría contrajo créditos para sembrar, pero con las lluvias e inundaciones lo perdieron todo.
Tahdziú no sólo es considerado el municipio más pobre de Yucatán, sino que, hasta el año pasado, de acuerdo con los indicadores del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se posicionaba como el municipio más pobre de América Latina, por lo que las lluvias que trajo consigo “Cristóbal” dañaron fuertemente a los pobladores de esta localidad, particularmente a los pequeños productores, y con ellos a decenas de familias que dependen de la agricultura.
Recorrido
Los reporteros de POR ESTO! hicieron un recorrido por la cabecera y por la comisaría de Timul, donde se registraron las mayores afectaciones a cultivos de diferentes variedades de chiles, sandía, pepino, papaya y otros, los que prácticamente se perdieron en su totalidad.
A una semana de las intensas lluvias, las inundaciones que se generaron en Tahdziú desaparecieron, pero quedan las evidencias de los cultivos que resultaron destruidos, situación que hoy tiene en difícil situación a los campesinos porque la gran mayoría de ellos contrajo créditos a altas tasas de interés y lo perdieron todo, sin tener con qué pagar.
Ahora, claman por la ayuda de los gobiernos, estatal y federal, para poder hacer frente a la difícil situación, aunque sea para que se los provea de semillas y fertilizantes, para sembrar maíz, calabaza o alguna otra especie y poder sacar al menos para pagar las deudas.
El municipio de Tahdziú, a simple vista, luce sin mayores afectaciones, y a decir de la gente del centro del municipio, si bien hubo una veintena de casas tradicionales afectadas por las lluvias e inundaciones, en lo general el impacto no fue tan grave como sí lo fue para los campesinos y sus cosechas.
Granizo y huracán
Al llegar al poblado, el reportero charló con el productor Demetrio Valle Canté , quien tiene 60 años y perdió la mayor parte de su cosecha de sandía. En total, una hectárea y media perdida, apenas pudo salvar dos toneladas que alcanzó a sacar cuando el agua subía en su terreno.
Sin embargo, aunque el precio está alrededor de 4.5 pesos el kilo en una condición normal, lo que pudo rescatar lo tuvo que vender a 1 peso el kilo, al menos para rescatar algo.
Mostró las sandías que aún quedan sobre la tierra en su terreno y que se observan seriamente deterioradas. Narró que tres días antes de que cayeran las lluvias que trajo consigo “Cristóbal” y que inundaron el terreno hasta un metro, cayó granizo y ahí fue cuando muchas sandías resultaron dañadas, golpeadas.
Luego cayó la lluvia y todo su terreno de 1.5 hectáreas se inundó. Sólo alcanzó a rescatar las sandías que iban flotando en el agua que rápidamente subía de nivel. Así rescató algunas toneladas de las 11 que esperaba producir, más o menos. De inversión, perdió unos 20 mil pesos.
Lo que llamó la atención al reportero es que Demetrio se refería constantemente a “Cristóbal” como un “huracán”, pues la magnitud de las lluvias –dijo– no las había visto desde el paso de “Isidoro” y antes con “Gilberto”.
Narró que durante cuatro días no pudo entrar a su terreno por la inundación. La magnitud de las lluvias lo impresionó porque nunca en sus 60 años –dijo– había visto algo semejante, así como tampoco moscos tan grandes como los que aparecieron.
Como Demetrio, decenas de productores más perdieron toda su cosecha y ahora lo único que les queda es intentar sembrar maíz. Pero hay un problema: con las lluvias “brotó” un gusano que se come la planta del maíz y las mazorcas y ahora constituye un dolor de cabeza.
Unos 120 productores afectados
Los reporteros de POR ESTO! ubicaron al presidente municipal de Tahdziú, Pedro Yah Sabido , quien expuso que las afectaciones tras el paso de la tormenta tropical “Cristóbal” se dieron principalmente en cultivos de localidades como Timul, San Miguel, San Isidro, San Lorenzo y Mocté.
Aseguró que las lluvias, aunque causaron inundaciones, tuvieron poca afectación y se habrían dañado sólo una veintena de casas tradicionales de paja o huano, pero donde sí hubo afectaciones severas fue en las cosechas que se perdieron en su totalidad.
Dijo que hasta el día de hoy se han contabilizado pérdidas de cosechas de unos 120 campesinos, de los que dependen por lo menos 300 familias o más. En este sentido, dijo que ya se ha dado la información al Gobierno del Estado y están a la espera de que haya una respuesta.
El Fonden
Aseguró que, hasta el día de hoy, si bien ha tenido contacto con algunas áreas del Gobierno del Estado , no está claro en qué forma les apoyarán o cómo llegarán los recursos del Fondo Nacional de Desastres luego de ser uno de los municipios incluidos en la declaratoria.
“Ya hablamos, ya informamos de las afectaciones que hemos tenido, pero hasta el momento no sabemos de qué forma se ayudará a la población que tiene mucha necesidad y que necesita apoyo, porque la mayoría perdió sus cosechas”, expuso.
Chile habaneroDos pequeños productores , los campesinos Néstor Eduardo Poot Caamal y Ángel Gabriel Chablé Cauich, mostraron el terreno, ubicado en Timul, en el kilómetro 2 de la carretera a Tiholop, donde se perdió toda la cosecha de chile habanero, chile dulce y chile xcatic que tenían, todo lo sembrado en alrededor de 2 hectáreas y en las que habían invertido unos 100 mil pesos.
Todo se perdió y hoy ese dinero se lo deben a una financiera de nombre “SMG” de Peto, a la que también recurrieron muchos productores más que hoy no tienen para pagar. A algunos les han dado un plazo para empezar a pagar de seis meses y otros están en trámites para recibir la prórroga, pero aunque la tengan, se preguntan cómo podrán pagar si lo han perdido todo.
Néstor y Ángel mostraron las plantas de chile habanero destruidas. Algunas murieron y otras se salvaron, pero se fueron la floración y la cosecha. En el terreno subió el agua como un metro y cubrió las plantas.
En este terreno siembran unos 6 productores, de los que depende por lo menos una decena de familias.
Explicaron que de por sí la planta se ahoga con la inundación, el remate lo recibe cuando permanece el agua y sale el sol. Se calienta el agua y se pudren las raíces. La planta no sobrevive; además de la inversión hecha en fertilizantes, también perdieron la malla para cubrir las plantas.
Ahora, donde se observan las plantas muertas tratarán de sembrar otra especie como maíz, pero esperan que el Gobierno del Estado o el Gobierno Federal los pueda ayudar con insumos, porque no cuentan con recursos, ya que lo invertido lo habían sacado prestado en la financiera.
“Perdimos todo y hoy no tenemos nada y no tenemos para pagar al banco. No tenemos de dónde agarrarlo para pagar, por lo que necesitamos ayuda”, comentaron.
¡Me duele! ¡Lo perdí todo! “Aunque me duela ya lo perdí todo, no hay nada qué hacer”, señaló el campesino Nicolás Poot Ku, de Timul, quien mostró al reportero los restos que quedan de sus cosechas de sandía y de chile que fueron devastados por la inundación.
Dijo que había invertido alrededor de 20 mil pesos en semilla y demás insumos y hoy, junto con su hijo Pedro Poot, lo perdieron todo, con la única opción de empezar a sembrar maíz, pero no sabe cómo le hará porque no hay recursos.
¿Cómo voy a pagar al banco?
Otro campesino de Timul, Lucio Mukul Yah, narró también que perdió alrededor de 1 hectárea de chile habanero y lo había logrado con un préstamo a la financiera por 70 mil pesos, con lo que compró semilla, fertilizantes y demás insumos, pero ahora no ve cómo podrá pagar.
“Ahora trataremos de sembrar pepita gruesa, chica y maíz, pero necesitamos del apoyo de las autoridades, que nos puedan dar semillas, fertilizantes, para salir adelante, porque de lo contrario tendré que vender un poco de mi terreno o algo así para poder pagar”, expuso.
Se van las abejas
También el abuelito Francisco Balam, quien es un pequeño apicultor, perdió la mayoría de sus 4 colmenas, las que se inundaron casi hasta el tope. Explicó que él no tiene abejas reinas y que entonces cuando empezó a subir el agua, pues las abejas se fueron y sólo se quedó una pequeña parte.
Normalmente –dijo– puede obtener hasta unos 25 kilos de miel de sus colmenas, pero con la afectación por la inundación tal vez no obtenga mucho en estas fechas, lo que le complica la existencia porque vive a medias de vender la miel que el mismo produce.
Con información de David RicoPor Redacción Digital Por Esto!EH