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La industria del calzado y la actividad alfarera de Ticul reiniciaron actividades la semana pasada luego de 3 meses de parálisis por la contingencia sanitaria, aunque apenas operan al 10% de la capacidad instalada por falta de demanda.

Con 450 fábricas de calzado y 600 tiendas que comercializan los zapatos que elaboran, así como 300 talleres que producen infinidad de productos de barro, Ticul sustenta gran parte de su economía en estas dos actividades que, en conjunto, generan alrededor de cuatro mil 500 empleos directos.

Al respecto, el alcalde Rafael Montalvo Mata comentó que en total se perdieron en el municipio por el cierre de negocios y demás restricciones en diversas áreas productivas unos 10 mil empleos, pero confió en que habrá una recuperación lenta, pero sostenida.

Activo el 70% del comercio

Agregó que luego del reinicio de actividades dispuesto por el Gobierno del Estado con la fase denominada “ola uno”, conjuntamente con la estrategia municipal “Ticul paso a paso”, la actividad comercial en la llamada “Perla del Sur” se encuentra ya al 70 por ciento, con la observancia en la aplicación estricta de las medidas sanitarias en todos los centros laborales para evitar riesgos de contagios por COVID-19.

El último registro emitido por las autoridades de la Secretaría de Salud del Estado reportaba 54 casos positivos, de los que sólo seis estaban en calidad de activos, y tres fallecidos, aunque uno no vivía en la localidad.

En atención a las disposiciones estatales en materia sanitaria, los restaurantes han abierto, pero sólo pueden prestar servicio al 25 por ciento de su capacidad, precisamente para evitar la presencia de muchas personas en un solo sitio.

A los mercados y demás sitios que expenden alimentos únicamente se les permite prestar servicio a domicilio, mientras que las cantinas y los bares aún permanecen cerrados.

Los talleres

El presidente municipal indicó que toda la reactivación en las actividades económicas y apoyos brindados a los sectores productivos ha sido con recursos municipales y estatales, ya que de la Federación no se ha recibido ayuda alguna.

En cuanto a la actividad alfarera, los reporteros de POR ESTO! visitaron el taller del señor Eleazar Raúl Santamaría Cab, quien explicó las graves afectaciones que resintió la actividad debido a la cancelación de pedidos y a la suspensión de toda venta directa.

Con más de 30 años como productor independiente, dijo que nunca había sucedido una situación tan grave como la que está ocasionando el coronavirus, pues el movimiento comercial prácticamente se ha mantenido en cero durante tres meses.

Indicó que, en condiciones normales, podía comercializar hasta 100 piezas a la semana, pero a raíz de la contingencia no hubo venta alguna con las consecuentes pérdidas económicas.

Agregó que su taller surte a los mercados de Campeche, Tabasco, Chiapas y Veracruz, así como también a las plazas de Valladolid, Cancún, Playa y Cozumel, con la esperanza de iniciar ahora la recuperación de esos mercados.

El proceso

El artesano mostró a POR ESTO! el proceso de elaboración de los diferentes productos, desde la preparación de la masa de barro mezclado con polvo y sascab hasta el torneado, modelado y cocción en sus dos hornos a base de leña.

En el taller de don Eleazar se puede encontrar desde una macetita de 10 a 15 pesos, la de menor precio, hasta jarrones de dos metros de altura con un costo de mil 500 a dos mil pesos. Están asimismo los intermedios, como una porta-lámpara de 160 pesos; juego de tres flamencos en 350 pesos, la tradicional figura del mexicano sentado con sombrero en 160 pesos, entre otros.

Por otra parte, se visitó la fábrica de calzado “Neyli”, donde su propietaria, Laura Magaña Cach, explicó de igual forma los problemas financieros que ha resentido esta industria por la contingencia sanitaria.

Sin embargo, observó que en común acuerdo con los trabajadores se ha podido mantener toda la planta laboral sin que se llevara a cabo ningún despido, pero con los sacrificios que ello representa.

Murió la Temporada de Primavera

Estimó que la Temporada de Primavera prácticamente murió sin llevar a cabo las ventas previstas debido a que, precisamente, la suspensión de las actividades productivas y comerciales ocurrió en marzo, abril y mayo, fechas de mayor venta en esta época.

Asimismo, no se pudo desplazar la producción que se consideraba para las graduaciones escolares y otros momentos escolares en los que se registraban importantes volúmenes de ventas.

Agregó que desde la semana pasada en que se reiniciaron actividades se trabaja apenas al 10 por ciento de la capacidad instalada, ya que todavía no hay pedidos ni menos la normalización del movimiento comercial.

Consideró que la recuperación será lenta porque, además de que habrá que esperar la reactivación de la actividad comercial en general, la gente no tiene dinero ahora para destinarlos a la compra de calzado.

Mostró a los reporteros las diferentes fases del proceso, así como las medidas de higiene dispuestas entre todos los trabajadores, como la sana distancia entre cada uno en todas las fases del proceso productivo desde el corte, armado, empaquetado y envío.

Asimismo, desde la entrada a la fábrica, los trabajadores se aplican gel antibacterial, usan de manera obligatoria el cubrebocas y también se les toma la temperatura.

El taller se especializa en calzado para dama y tienen disponibles 10 mil modelos, desde la talla 12 para bebé hasta zapatos para adolescentes y adultos. El mercado de esta fábrica es todo el Sur y hasta el Centro de la República, según explicó su propietaria.

Con información de Rafael Mis CobáPor Redacción Digital Por Esto!

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