Desde la contingencia no ha vendido ningún kilogramo de carne
El COVID-19 ha afectado prácticamente a todas las actividades productivas de los variados sectores de la población, como sucede con el criadero de venados ubicado en la comisaría de Ruinas de Aké, ya que desde hace tres meses no ha podido comercializar ningún kilogramo de carne con los consecuentes daños a la economía de su propietario y empleados.
Asentada en dos hectáreas de la extensa hacienda San Lorenzo, de Ruinas de Aké, perteneciente al municipio de Tixkokob, la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) cuenta en la actualidad con 95 animales que son criados y engordados para la venta de su carne en los mercados de Mérida, Izamal, Valladolid y la Riviera Maya.
Sin embargo, la parálisis en la industria turística a causa de la pandemia del coronavirus, ha impactado de manera directa y negativa en la actividad, ya que al no estar funcionando restaurantes y hoteles, la demanda de carne de venado quedó en cero.
Rentabilidad
Al respecto, Andrés Solís Rivero, hijo del propietario Andrés Solís Preciat, explicó que la UMA tiene unos 10 años de establecida y comenzó con un venadito que se compró a un cazador de la zona para, posteriormente, adquirir más ejemplares para aumentar la población de la granja.
Expuso que, en condiciones normales, la cría de venados de la variedad “cola blanca” es rentable, pero lamentablemente, por la pandemia del COVID-19, las actividades turísticas se cancelaron y con ello vino la afectación en las granjas de este tipo.
A su vez, el encargado del manejo de la unidad, Wilberth Martínez Games, explicó los cuidados que se siguen con la especie, entre ellos la alimentación balanceada y natural que se les proporciona a base del bejuco zodzcaj, hoja de camote, x’tex, ramón y frutas de mamey y aguacate, además de plantas de moringa y morera.
Hasta 14 mil pesos una hembra
A los dos años y medio de edad, con 55 a 60 kilogramos, los animales están listos para su comercialización con precios en el mercado de 350 pesos en canal y 450 pesos por pieza.
Asimismo, en pie, una venada vientre cuesta en promedio de 12 a 14 mil pesos, en tanto que el ciervo de 11 a 12 mil pesos.
La gestación de un venado es de siete meses y el promedio de crías es de 1.5, aunque en ocasiones pueden dar hasta dos y en contadas ocasiones hasta tres.
Durante el recorrido de ayer se observó precisamente a una hembra que, dos horas antes, parió a dos venaditos.
El cuidado de la especie es delicada y registra alta tasa de mortalidad. El año pasado nacieron en la granja 45 crías y sólo vivieron entre siete a ocho, ya que un bicho las picaba y se les hinchaba toda la cara hasta causarles la muerte, según explicó Martínez Games.
(Rafael Mis Cobá)