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—¡Ay, hija, no puedo dormir porque mi hamaca se mojó porque la lámina del techo de mi casita tiene muchos huecos!, nos dijo ayer doña María Petronila Cocom, de 89 años, quien vive desde hace cinco años en una endeble casa de cartón en la colonia Emiliano Zapata Sur III.

En el cruce de la 165 A x 94 A se construyeron 20 casitas de piso de cemento en las que viven cerca de 30 personas de escasos recursos.

A un costado de doña Petronila habita la señora Diana Beatriz Noh Dzul con su esposo y sus hijas, quien nos informó que el viento y las fuertes lluvias se llevaron medio techo de su casa y las láminas que quedaron están rotas, por lo que se cuela el agua y moja sus poquitas pertenencias.

La señora con ayuda de su esposo improvisó un techo de lona que no resiste las lluvias y en las últimas horas vive con el temor de que se desbarate su casita construida con lámina de cartón.

“He escuchado que el alcalde ha dado láminas a asentamientos irregulares, pero a nosotros nos ha olvidado”, dijo.

Este asentamiento está lleno de grandes charcos de agua, lodo y piedras resbalosas y húmedas.

Doña Guadalupe Cocom manifestó que todas sus cosas se mojaron porque las láminas de cartón no resistieron los embates de la lluvia.

“Tanto esfuerzo por conseguir una lámina de medio uso y ahora tengo que conseguir otras para que mi casita no se moje”, señaló.

Otro caso

Por su parte, las familias que viven en la 99 x 44 de Santa Rosa tienen otro problema: el agua entra a sus viviendas no por arriba sino por abajo.

—“Tenemos más de 50 años viviendo con este problema, el agua entra en nuestras casas, se ha reportado pero ninguna autoridad nos hace caso”, dijo Roger Novelo.

Doña Asunción recuerda que antes de que hicieran la carretera de la colonia, el agua no se estancaba porque la tierra la absorbía; sin embargo, se construyó la calle y a pesar de que hay más de 15 alcantarillas no son sufrientes.

Félix Tun, otro de los vecinos afectados, platicó que a pesar de que subió su escarpa más de medio metro y colocó un pequeño muro, cada vez que llueve el agua entra a su domicilio y alcanza casi medio metro.

Dijo que cuando la lluvias es fuerte se puede observar cómo se forman ríos de agua que provienen de la calle 50 y otras hasta llegar al cruce de la 99 x 44, donde se estanca, comienza a subir e ingresa a las doce casas que forman la intersección.

Cuando eso ocurre, la gente ya sabe que tiene que recoger sus pertenencias, apilar sillas y muebles encima de otros para que no se mojen, desconectar aparatos eléctricos y cerrar el tanque de gas para evitar accidentes.

Los vecinos exigen al Ayuntamiento de Mérida que solucione este añejo problema que les causa múltiples perjuicios.

(Melly Manzanero)

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