Yucatán

Colectivo de arquitectos propone rellenar el Paso Deprimido

Colectivo de arquitectos de la ciudad de Mérida propone rellenar el Paso Deprimido por ser una solución más viable y menos costosa

Mientras el Paso Deprimido del Paseo de Montejo se encuentra inundado desde hace más de un mes y cerrado al tránsito, el Ayuntamiento de Mérida tiene en sus manos una propuesta para rellenar dicha obra, de parte de ingenieros y arquitectos que consideran que sería la solución más viable y menos costosa.

El pasado 10 de julio el colectivo Sinergia en Acción presentó un documento dirigido al alcalde Renán Barrera Concha, en el que se hace un análisis de las alternativas para remediar la situación que prevalece en el lugar, luego de las copiosas lluvias que trajo consigo la tormenta tropical “Cristóbal”.

De las alternativas evaluadas se analizaron Reparar los daños sin hacer cambios al diseño actual; Elevar el nivel de la superficie de rodamiento inferior; construir un paso superior; y, finalmente, Diseñar una nueva solución sostenible, lo que implicaría rellenar el Paso Deprimido.

Los especialistas consideran que esta última, aunque representa el rellenar la obra, es la “opción más adecuada y conveniente”, además de que resultaría la menos costosa para la vida útil y porque no tendría los altos costos de mantenimiento.

“No se requerirían cisternas ni bombas para desaguar las aguas pluviales, ya que se podría drenar con un sistema convencional de pozos pluviales o simplemente drenar el agua de lluvia hacia las áreas verdes a través de celdas de bio retención o jardines de lluvia”, se expone en el documento.

Señala, sin embargo, que “esta alternativa considera el relleno del actual Paso Deprimido” y que está comprobado que éste no ha sido eficaz ni aporta soluciones eficientes a la problemática urbana y ha generado todos los problemas actuales y que, cada vez, resultan más graves y evidentes, luego del paso de las lluvias intensas, y aunque no ha habido ningún huracán hasta el momento.

Se menciona que la anterior sería una “solución real, asequible y sostenible”, para lo cual se necesitan hacer los estudios pertinentes en diferentes áreas, topográficos, urbanos y de imagen urbana, de ingeniería de tránsito, peatonales, de arquitectura, paisaje e ingeniería, geohidrológicos, económicos, y los que sean necesarios.

De las otras alternativas se menciona que reparar los daños sin hacer cambios al diseño actual sería muy complicado, pues se tendría que inyectar concreto por debajo del agua y eso sería muy costoso y complejo, además de que no sería una solución definitiva. El problema de inundación se presentaría en cada época de lluvias y el costo de mantenimiento sería elevado.

Elevar el nivel de rodamiento de la superficie inferior llevaría a prohibir el paso a vehículos pesados y se disminuiría la altura de paso. Implicaría rellenar parcialmente sin resolver el problema por completo. Se necesitarían también cisternas, pero se estima un alto costo y “falta de confort” necesario para el paso de los vehículos.

La opción de construir un paso superior es considerada la peor de todas las alternativas, ya que sería muy costosa y “empeoraría aún más la imagen urbana del lugar y contribuiría en mayor medida a la minusvalía de los bienes inmuebles colindantes”.

En el documento se expone que estos temas se analizaron con diferentes especialistas en ingeniería y arquitectura que dieron sus opiniones al respecto.

Firman los ingenieros Alfonso González Hernández, coordinador del colectivo, Alberto Villalobos Herrera, Rogelio Pérez Monsreal y Jorge Toledo Fuentes, así como los arquitectos Antonio Peniche Gallareta y Elías Cisneros Ávila.

Por David Rico