Cuando hace 16 años abrieron el mercado de San Roque, ubicado en el Sur de la ciudad, frente al penal, estaba muy bonito y contaba con 124 puestos; luego, antes de la pandemia, quedaban 12 abiertos y ahora ya sólo son 8.
Eso informó doña María de los Ángeles Nah, quien vende frutas y verduras desde hace 16 años en ese lugar.
Dice también que hay muy poca afluencia de gente, pero que ya había bajado desde antes de la pandemia, lo que pasa es que ahora empeoró porque, al no haber afluencia de gente, los locatarios fueron cerrando sus puestos y se fueron yendo poco a poco.
Atribuye el fracaso de ese mercado a que “la verdad no se fijan dónde se va a construir, porque quedó frente a un penal y frente a un campo, y no hay la gente, la gente se divide. Ya ve que hay gente a la que no le gusta caminar, camina poquito. Debieron hacerlo en un lugar donde haya más gente, en un fraccionamiento. En un principio sí había gente, pero se fue yendo. No fue por esta enfermedad del COVID, fue de antes. Y a raíz de eso, ya es menos”.
–¿Hubo gente que saliera a vender a otro lugar?
–Sí, la verdad sí, porque hay personas que tienen sus puestos y, al no poder abrir aquí, se fueron a sus casas y allá sí están vendiendo. Como unos 4 ó 5 se fueron. Cuando había tianguis sí venía la gente. Eso nos ayudaba mucho, más del 50%, pero lo cerraron en marzo por lo del COVID.
Recuerda que pusieron una Ventanilla Única para sacar permisos del Ayuntamiento, pero ahorita la cosa está dura y no está uno para construir. Piensa que sí convendría que pusieran una oficina para pagar la luz o el agua, o el teléfono, porque así sí iría más gente y se podría recuperar el mercado.
Finalmente hace dos llamados: uno a la gente para que se preocupe por cuidarse para que esto pueda parar. Para que vean la situación que están viviendo ahora, que por irresponsabilidad ya hay más muertos, y hay que cuidarse, y para que la situación pueda seguir como antes, ya que esta situación nos está afectando a toda la gente. Y otro llamado a la gente también para que los visite y le dé vida a San Roque.
Vende flores
Por su parte, doña María Candelaria Escobedo y Torres dijo que vende flores en San Roque desde hace 15 años, y que tiene que ir porque aunque al fallecer su marido le dejó una pensión de 3 mil pesos, no le alcanza.
–No alcanza para vivir. Tengo una hija de 32 años que es madre soltera y tiene dos hijos, mis nietos, uno de 8 y otro de 3, pero no hay trabajo. Ella sólo va con mi otra hija que tenía su puesto en Umán, pero cerraron los puestos también en Umán.
Finalmente dice que también vende periódicos y quiere vender POR ESTO! porque la señora que lo vendía en la esquina se enfermó y tuvo un accidente, se cayó y dejó de ir.
Por Roberto López Méndez