Yucatán

Niños de Cantamayec se esconden de la policía por una "cascarita" de fútbol

Niños de Cantamayec se esconden de la policía y juegan a escondidas una "cascarita" de fútbol en el espacio prohibido por las autoridades como parte de las medidas sanitarias
Foto: Luis Payán

–Si viene la policía nos damos a la fuga, expusieron con inocente picardía los pequeños Kevin, Héctor y Luis luego de haber jugado “a escondidas” una cascarita de fútbol durante 20 minutos en la cancha de usos múltiples de la plaza de Cantamayec, espacio prohibido de utilizar como parte de las medidas sanitarias dispuestas por las autoridades para evitar contagios de COVID-19.

Kevin y Héctor son hermanos, de 13 y 8 años de edad, respectivamente, mientras que Luis es vecino de ellos y también tiene 13 años y estudia en el mismo salón que Kevin.

Los tres amigos “confesaron” que saben que está prohibido jugar en la cancha o en cualquier parque, pero que se pusieron de acuerdo para correr un rato y patear el balón “porque ya estamos fastidiados de estar encerrados en la casa”, aseveró Kevin.

“Pues nos damos a la fuga”

–¿Y si viene la policía?, preguntó el reportero de POR ESTO!

–Pues nos damos a la fuga, expuso con una sonrisa pícara Luis, mientras los otros dos asentían con la cabeza en calidad de “cómplices”.

Luego de la “cascarita”, los tres amigos se sentaron en las gradas de la cancha de usos múltiples para platicar con los reporteros sobre sus gustos por el deporte y de lo que piensan estudiar y trabajar cuando sean mayores de edad.

Agregaron que ellos sólo acuden un ratito a correr y a jugar cuando se descuidan sus papás o los adultos que están en sus casas, pues en las noches no lo pueden hacer porque ocupan el espacio grupos de jóvenes.

–¿Y en las noches, no vigilan los policías?

–Sí vienen los polis, pero cuando ellos llegan todos corremos y nos vamos, apuntaron.

Extrañan la escuela

Observaron también que la cancha estaba cercada con cintas para que nadie entre, “pero los chavos quitaron las cintas y nadie las volvió a colocar y por eso ahora podemos venir a jugar un rato”, precisó Luis.

De igual manera indicaron que extrañan la escuela “para ver a los cuates”, pero que no saben cuándo regresarán a las aulas porque tampoco saben “cuándo se irá esta porquería del coronavirus”.

Finalmente comentaron lo que quieren ser de grandes: Kevin, licenciado; Héctor, trabajar en lo que sea y Luis, repartidor de materiales de construcción.

Por Rafael Mis Cobá