Tras participar en una boda en plena contingencia sanitaria por COVID-19 el fin de semana, un funcionario del ayuntamiento de Ticul fue despedido por violar el código de ética de la administración.
Así se informó en un comunicado, tras realizarse una “miniciosa revisión y análisis” del caso.
Cabe recordar que la noticia del acto religioso no solo alcanzó los medios locales, sino también fue expuesto a nivel nacional calificándose como un acto irresponsable.
“Si bien se trata de un acto particular bajo las disposiciones eclesiásticos dentro del estado laico y de respeto… como funcionarios públicos debemos apegarnos a la ley civil y a los reglamentos internos teniendo plena conciencia de la situación de salud que se vive”, se expone en el comunicado.
De igual forma, se expuso que como funcionarios deben apegarse estrictamente a ella, para no poner en riesgo la salud del personal, mucho menos de la comunidad.
“De no ser así, se puede dejar entredicho la lucha que miles de personas han realizado para salvar vidas”.
Por Redacción Digital Por esto!
JG