Yucatán

Doña Aurora se dedicaba a vender veladoras y artículos religiosos, pero por la contingencia no puede laborar y, además, recientemente perdió a su hija a causa de una cirrosis hepática

La señora Aurora Canché González asegura sentir tristeza, angustia y desesperación, pues durante la pandemia de COVID-19 ha perdido a su hija y a su trabajo, por lo que se siente a la deriva.

En su domicilio cuenta que durante muchos años se dedicó a vender veladoras y artículos religiosos en el atrio de la iglesia de los Tres Reyes, hasta que esta cerró sus puertas debido al distanciamiento social implementado por las autoridades estatales.

Desde entonces enfrenta dificultades económicas, pero para ella lo peor fue perder a su hija Yolanda V.C., quien fue víctima de una cirrosis hepática durante un periodo de dos años.

Esto ocurrió la semana pasada, y doña Aurora cuenta que, pese a sentir una especie de alivio al pensar que su hija “ya se encuentra descansando”, la angustia no la permite pasar por el duelo ya que tuvo que empeñar todas las alhajas que tenía y, aun así, todavía le debe a la funeraria, por lo que no le han entregado el acta de defunción.

Con lágrimas en los ojos doña Aurora narra su historia, que se une a la difícil situación que múltiples personas de la tercera edad sufren en plena pandemia mundial por el SARS-CoV-2.

Con información de Raquel Margarita Huerta

Por Redacción Digital Por Esto!

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