Yucatán

Temporada de pulpo arrancará con futuro incierto en Yucatán

Ante la incertidumbre del panorama debido a la contingencia por el COVID-19, la temporada de pulpo arrancará el próximo 1 de agosto, pese a que los principales mercados de exportación se encuentran cerrados.
Foto: Luis Pérez

Ante un panorama de incertidumbre por la pandemia de COVID-19, el próximo 1 de agosto arranca la temporada de captura de pulpo, pero los principales mercados de exportación se mantienen cerrados, además de que hasta el momento no se sabe el precio que alcanzará el producto, pero ya se manejan rangos de entre 40 y 50 pesos, muy por debajo los 70 pesos en que se cotizó el año pasado.

José Luis Carrillo Galaz, presidente de la Federación Regional de Cooperativas Pesqueras del Centro y Poniente de Yucatán, dijo que desde el inicio de la pandemia se cerraron en un 70 por ciento los mercados de Europa, sobre todo Italia y España, que son de los principales compradores de pulpo, pero éstos se han mantenido con mucha incertidumbre.

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Octópodo congelado

“Se ha complicado la logística y la apertura de mercados, pero además hay mucho pulpo que quedó de la temporada pasada, porque así es cuando empieza la veda muchos productores guardan un stock para los próximos 7 meses, pero con el tema de la pandemia este producto no se ha vendido”, comentó.

Por lo anterior, señaló que hay mucho pulpo congelado en México todavía y, además de este país, hay otros que producen y seguramente también tienen producto, como es África.

“Independientemente de si hay producto o no, que es lo que también hace falta por ver, la perspectiva en esta temporada de pulpo no es para nada buena”, dijo.

De los precios, dijo que todavía no se ha establecido cuál será el que esté para cuando empiece la pesquería, pero ya se ha hablado de un rango de 40 a 50 pesos, pero este precio no sería redituable.

“El panorama, te repito, es de una situación muy difícil y de incertidumbre”, reiteró.

Además, Carrillo Galaz dijo también que el tema sanitario también es de relevancia porque tanto las empresas como los pescadores deben cumplir con protocolos y procedimientos que hoy exigen las autoridades, además de cumplir con las disposiciones que establezcan los países a los que se exporta el producto.

Expuso que la producción de pulpo ha venido a la baja, pues hace un par de años en la Península se registró una captura de alrededor de 34 mil toneladas, mientras el año pasado la cifra rondó las 26 mil toneladas.

Lo mismo ha sucedido con el precio, pues hace dos años el kilo de pulpo se cotizó en alrededor de 100 pesos y el año pasado fue en 70, pero este año, aunque no se ha establecido, se habla ya de un monto de entre 40 y 50 que sería muy bajo.

Añadió que la situación se ve complicada, como está sucediendo con la pesquería del mero que está desde abril, porque no ha habido mercado y el principal comprador de éste se encuentra en la Florida, en Miami, pero hoy se encuentran cerrados en esa zona restaurantes y demás negocios.

“El 80 por ciento del mero lo mandamos a la Florida, pero ahora está cerrado este mercado y no hay dónde vender.

Sin grandes inversiones

René Echeverría G. Cantón, presidente del Sistema Producto Pulpo de Yucatán y delegado de la Zona Poniente de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera y Acuícola en Yucatán (Canainpesca), consideró que la pesca, en general, atraviesa por una situación sumamente difícil, porque la pandemia por COVID-19 ha afectado todos los sectores.

En este panorama, dijo que el arranque de la pesquería del pulpo el próximo 1 de agosto está en incertidumbre total y no queda de otra que el sector se prepare, pero descartó que se pudieran hacer grandes inversiones.

“La gente está avituallando sus embarcaciones, afinando, con sus guindas, plomos, cordeles, pero no creo que se hagan grandes inversiones más que las que ya se han hecho”, expuso.

Dijo que la comercialización de productos sí ha sido complicada, sobre todo por la intermitencia que se ha dado porque, aunque han abierto de repente algunos mercados, han vuelto a cerrar por el COVID-19.

Consideró, sin embargo, que la pesquería del pulpo podría tener ciertas ventajas porque luego de que se pesca se recibe, se congela y así se exporta a un contenedor y, además, las plantas están certificadas y se puede cumplir con las disposiciones de sanidad que se han establecido en esta pandemia.

De igual forma, dijo que el año pasado se capturaron alrededor de 26 mil toneladas de pulpo en la Península, pero este 2020 hay incertidumbre de la cantidad que se logrará.

“El precio, además, se ha ido colapsando y si bien llegamos a 100 ó 130 pesos, el año pasado estuvo a 70 y ahora no se ha establecido en cuánto estará. Hay un desánimo porque se habla de 35, 40 ó 50 pesos, pero no es redituable. Pero ahora lo importante es que haya el pulpo”, comentó.

Desde su punto de vista, y acorde con las circunstancias que se han dado en los últimos años, consideró que se debe evaluar el tema de las vedas, pues en el caso del pulpo sería conveniente que hubiera dos períodos de pesca al año, con lapsos más cortos.

“Ya lo hemos dicho, que en lugar de que haya un período de pesca del 1 de agosto al 15 de diciembre, que se estipulen dos períodos, del 15 de septiembre al 30 de noviembre y de febrero a marzo, por ejemplo, y que la actividad se pueda hacer cuando está la veda del pepino del mar y del mero”, expuso.

Son 20 días a la mar

En el Puerto de Yucalpetén se pudo observar que las embarcaciones ya se están avituallando y los pescadores se harán a la mar por lo menos 20 días y, si sale la pesca, podrían regresar antes, en 15 días, pero tal como se ve la situación no saben qué pasará.

En este tenor, el pescador Marcos Antonio Bautista dijo que saldrá por lo menos 20 días a la mar y lo hará con unas 15 personas, incluido el capitán y hasta un cocinero que preparará “lo que se come en la casa”, como frijol con puerco, pollo en caldo, “de todo”.

Dijo que él lleva como 20 años de pescador, pero ahora no se sabe cómo estará la pesca, pero espera hacer unos 6 viajes en la temporada que arranca el 1 de agosto y ganarse unos 20 ó 25 mil pesos por cada uno, pero reiteró que ahora hay incertidumbre.

Otro pescador dijo que se gastan alrededor de 370 mil pesos en poner a tono la embarcación y en el avituallamiento, pero hay que trabajar duro para que pueda regresar la inversión y para que haya ganancias, porque de lo contrario serán pérdidas.

“Pero todo el panorama es difícil, porque son muchos gastos y no sabemos si habrá pesca, además no baja el diésel, no baja nada, todo sube”, comentó.

Un patrón de barco entrevistado estaba ayer descargando todo lo necesario para los 18 pescadores que se harán a la mar y, aunque hay incertidumbre total, comentó que “hay que hacer algo para trabajar porque hay mucha gente que no tiene para comer”.

Dijo también que se hace una muy grande inversión y hay que ser si se recuperará.

Por David Rico