En este inicio de semana, gran cantidad de personas abarrotaron las calles de la ciudad, sobre todo las del centro y de las inmediaciones del mercado municipal, por doquier se observaban caminando plácidamente sin temor a los contagios de coronavirus que se multiplican día con día debido a la movilidad social.
Pese a las medidas preventivas implementadas por la contingencia sanitaria la gente respetaba la sana distancia, daban muestra de que sus rutinas de vida son normales, al mismo tiempo que dejan de manifiesto su inconsciencia, la cual pudiese conllevar al aumento de contagios y exponiendo a la población vulnerable.
Caminaban acompañados de otros familiares o amistades e incluso paseándose con niños, sin importarles el riesgo, algunos ingresaban a sentarse a espacios recreativos restringidos, como retando a la autoridad.
Desde temprana hora el tráfico vehicular fue muy fluido, sobre todo el de las motocicletas que transitan por doquier, la gran mayoría con más de dos pasajeros y hasta con bebés a bordo, lo cual se supone que debe estar prohibido durante esta fase de la contingencia.
Los congestionamientos se registraban momentáneamente por la gran cantidad de vehículos que transitaban en arterias muy concurridas como la de la calle 47 X 48 y la de la calle 50 X 47.
Es así como inicia una semana más llena de inconsciencia ciudadana, que no respeta el aislamiento social y que no mide las consecuencias de lo que pueden provocar al salir de sus hogares aunque no sea por una necesidad apremiante.
Esto indigna a las pocas personas que aun respetan el confinamiento, señalando que por la irresponsabilidad de otros la contingencia se alarga y ponen en riesgo más vidas.
Por Luis Manuel Pech Sánchez