Germán Burgos, operador de mototaxi, con seis años trabajando en esos fraccionamientos, dijo que los habitantes de Juan Pablo II, en Mérida, prácticamente están rodeados por la colonia Nora Quintana, la Avenida 128 y Xoclán-Opichén, y por esa razón la calle 22 con 41 se ha convertido en paso obligado de las personas que se dirigen a los puntos antes mencionados o sitios de encuentro de esos complejos habitacionales, para realizar compras en los comercios ubicados a lo largo de ambas arterias.
Indicó que tanto a lo largo de la calle 22 como de la 41 se ubican decenas de establecimientos comerciales, fruterías, taquerías, pizzerías, farmacias, cajas de ahorro, tiendas de repostería y hasta vendedores ambulantes, por eso es uno de los cruceros con mayor concentración de personas que usan esas arterias como de entrada y salida de Juan Pablo II y anexas.
Explicó que en ese punto hay decenas de comercios, la mayor parte de éstos dedicados a la venta de tortas y tacos, también hay personas que acuden a consulta en la Unidad Médica No. 60 del Seguro Social –ubicada a una cuadra de ese crucero–, donde también hay más comercios.
Urge reconocimiento
El mototaxista aprovechó para pedir a las autoridades que reconozcan a las cooperativas como prestadoras del servicio de mototaxi, toda vez que hay compañeros que tienen 14 años tratando de legalizar su actividad y hasta la fecha la Dirección de Transporte se niega, por esa razón casi todos tienen placas de Quintana Roo o de Campeche porque aquí no se las quieren entregar.
También dijo que por la pandemia son pocas las personas que utilizan el servicio por temor a un contagio, aun cuando todos los que prestan el servicio tiene gel antibacterial en sus unidades y cubrebocas como establece el protocolo de sanidad y la nueva normalidad.
Por su parte, Pedro Jiménez, expendedor de flores, dijo que tiene cinco años trabajando en Juan Pablo II y como en toda actividad comercial hay temporadas buenas y otras malas, pero no se arrepiente porque ya cuenta con muchos clientes que acuden en busca de flores, sobre todo las parejas de enamorados, cuando el pretendiente quiere demostrar su afecto a su pareja, obsequiándole una rosa que hay desde rojas y blancas hasta las llamadas arco iris, porque son pintadas con varios colores, flores que trae de Puebla, Chiapas y de otras partes del país.
Gerardo Panamá, empleado de una pollería, coincidió también en pedir a los habitantes de Juan Pablo II que extremen las medidas de sanidad para que los contagios de COVID-19 disminuyan, porque esa zona se ubica entre los sitios con más casos de fallecimientos o contagios de esa enfermedad.
Ciudad Caucel
Similares opiniones se recabaron entre los vecinos de Ciudad Caucel que viven en la calle 23 entre la 62 y 70, donde hay mayor aglomeración de personas que acuden a los centros y plazas comerciales de ese rumbo de la ciudad, donde también hay decenas de comerciantes semifijos, fijos y ambulantes, incluyendo a empleados de una cadena de bares que ahora venden comida para llevar.
Tan sólo en los últimos 14 días, en Ciudad Caucel se han reportado 39 personas contagiadas de COVID-19 y 24 en Juan Pablo II, así como 31 en Chuburná.
En Ciudad Caucel, una persona que pidió omitir su nombre comentó que no hay que tener miedo al coronavirus siempre y cuando uno se cuide y cumpla con las medidas sanitarias. Además, “no hay nada que el sol no cure” y, extendiendo sus brazos expresó, “mire cómo tengo mis brazos quemados”.
Otras señalaron que si hubiera una vacuna todos podrían curarse en tres meses, pero como el Gobierno teme pagar a los hospitales el tratamiento no hace nada, o sea, prefiere no invertir y pedirle a la gente que se quede en su casa, porque sabe que el virus está en el aíre.
“Yo por eso me baño hasta cuatro veces por día y mis manos cada hora y media. Somos como las cucarachas, no pasa nada y por eso salgo a trabajar para sobrevivir”: dijo finalmente un vecino.
Por Víctor Lara Martínez
Por Redacción Digital Por Esto!
JG