En la esquina de la calle 69 por 82, a dos cuadras de la avenida Itzaes, un jinete sin cabeza llama poderosamente la atención de automovilistas y peatones que transitan por el lugar, pero el jinete no está solo, lo acompañan personajes de películas de horror como el payaso Pennywise, de la película “Eso”; el muñeco Chucky y la muñeca Anabelle, Freddy Krueger, entre otras personajes terroríficos.
Este ambiente es el que prevalece en “The Wonderland piñatería y algo más”, en donde expenden una amplia variedad de piñatas y esculturas propias de las fiestas de Halloween, que ya se avecinan.
David Abdala Farah Molina, propietario del negocio, recordó que de niño era muy inquieto, sus padres para entretenerlo le regalaban piñatas y de ahí le surgió el cariño por esos artículos.
Pasó el tiempo y decidió poner su negocio de piñatas, primero comprándolas a mayoreo a jóvenes que realizaban esculturas de papel, él se admiraba del trabajo de esas personas, fue observando cómo estaban hechas y aprendió a elaborarlas, posteriormente se asoció con ellos y amplió su negocio.
Dijo que, ante la proximidad del Halloween, ya se preparó con esculturas y piñatas alusivas a la época sin marginar el tradicional Hanal Pixán, expresó que a pesar de la pandemia él decidió invertir en esos artículos para darle cierta alegría a la gente a través de su arte, aunque entiende que la situación económica no es la ideal para comprar; sin embargo, está consciente de que la crisis económica causada por la pandemia ha reducido el costo de su mercancía.
Mencionó que son seis personas las que conforman el equipo de creación de esculturas y piñatas y de este negocio vivían antes de la pandemia, David comentó que antes de tener su tienda de figuras de papel comenzó con una cocina económica, con la venta de comida reunió un capital para establecer “The Wonderlans”, de ahí pasó a ser vendedor mayorista y formar parte de la asamblea de piñateros, pero aclaró que él no tiene relación con los kioskos que se dedican a esa actividad.
Señaló que no hizo negocios con los locatarios porque sus productos son de calidad; hay piñatas de papel picado y pintadas, también esculturas que alquila para decorar las fiestas, todas con buen acabado. Por el tiempo y dinero que se invierte el precio de las figuras de papel es mayor a las que se venden en el Centro, por esa razón a los dueños de dulcerías no les interesa comprarlas.
Con la prohibición de eventos sociales, el negocio tuvo pérdidas considerables, pues ya no contábamos con el ingreso de las piñatas ni con la renta de esculturas, los socios del negocio tuvieron que recurrir al Seguro de Desempleo, algunos recibieron el apoyo pero otros no, afortunadamente nosotros teníamos un fondo económico para casos como éste, gracias a ese recurso pudimos reactivar el negocio, expresó el empresario.
Mencionó que, además de los protagonistas de horror, la gente solicita personajes de moda como son Paw Patrol, Mario Bros, Sonic, dinosaurios, incluso de coronavirus; sin embargo, con la crisis económica y las restricciones los clientes están llevando piñatas pequeñas para hacer un pequeño convivio.
Para David, los días que no pudo trabajar fueron difíciles, pero nunca perdió la fe en levantarse de la crisis, manifestó que de la pandemia la mayor parte de la gente ha sacado algo positivo: a ser más humanos, valorar a la familia y al prójimo, y espera con sus creaciones transmitir ánimo a las personas.
Por Elena Gómez