Continúa el drama de los menores que fueron rescatados por las autoridades, ante una supuesta violencia a una menor denunciada por los vecinos. La madre de los menores, María Mercedes Hoil, acompañada de otros familiares, acudió este jueves a la ciudad de Mérida para saber cómo se encuentran los niños, pero sólo ha podido verlos a través de una videollamada.
Como se recordara el pasado martes ocho de Septiembre una llamada anónima alertó a la policía municipal de una supuesta violación a una menor en la calle 49 C X 22 y 24 de la colonia San José Nabalam, cuyos uniformados al llegar se encontraron a unas personas tomando bebidas etílicas, por lo que procedieron a llevarse a los cuatro menores a un albergue y a los ahí reunidos detenidos.
María Mercedes Hoil y Heladio Hoil Ek, madre y abuelo de los menores respectivamente, así como quienes departían con ellos, fueron retenidos esa noche, permanecieron más de doce horas, pero luego fueron dejados en libertad.
La señora María Mercedes Hoil, madre de los menores junto con unos familiares ha estado realizando los trámites necesarios para que se les regrese a sus hijos, ha estado acudiendo a la capital del Estado para tratar de verlos, pero por la Pandemia no ha podido, más que verlos a través de una video llamada, pero dijo estar dispuesta hacer lo necesario, los trámites correspondientes para que se les entregue a sus hijos nuevamente.
Heladio Hoil recrimina lo que el señala como un mal proceder por parte de las autoridades y aseguró que bajo engaños y sin alguna explicación les arrebataron a los menores, sin ninguna orden para poder llevárselos. Reiteró que sólo se basaron de una llamada de un vecino, para acudir a su casa y llevarse a los niños, quienes se llevaron un gran susto al notar la presencia de numerosas policías.
Recordaron que el pasado martes 8 de septiembre cuando sucedieron los hechos se encontraban en una reunión social, don Eladio Hoil dijo que se disponía a preparar la cena, cuando de repente ingresaron elementos de la policía municipal y la Estatal para llevarse a los niños sin tener alguna orden.
“Se metieron en mi casa porque según habían recibido el reporte de que unos niños están siendo maltratados, revisaron toda la casa, tiraron las cosas, hasta sus pertenencias de mi hija desaparecieron, mis nietos al ver todo este alboroto, se asustaron, fue cuando mi nieta se escondió detrás de la casa y fue cuando dijeron de que se fue con dos amigos en el monte o que iba a ser abusada sexualmente lo cual es pura difamación”, aseguró Hoil.
Afirmó que los vecinos que llamaron a los policías "no saben cómo vivimos, solo juzgan y ocasionaron que mis nietos ahora no estén con nosotros y a que a mi hija y a mí nos llevaron presos".
"Después de las averiguaciones realizadas, y al no ver algún delito se nos dejó en libertad al día siguiente, nos entregaron a mis nietos, regresamos a la casa, pensamos que ya había calmados todo, pero no fue así, porque al día siguiente muy temprano la policía municipal y personal del DIF regresaron de nuevo para decir que se le necesita hacer una valoración médica a los niños", continuó.
"Mi hija, no quería que se lo llevaban, yo tampoco, dijo, y los vecinos nos apoyaron, pero las autoridades nos dijeron que solo se les va haría chequeo médico y regresan de nuevo a la casa, hasta que nos convencieron, los despertamos para vestirlos y dejar que se los lleven, mi hija fue con ellos en la patrulla, yo me fui en otra, pero al llegar no se nos permitió ingresar solamente a mis nietos, y ya luego de un rato una persona nos dijo que ya se lo habían llevado en la patrulla a Mérida y no se nos dijo nada, ahí empezó más nuestra desesperación, nuestra angustia por que nadie nos daba informes de a donde los llevaron y solo nos decían que aun albergue por eso decidimos investigar hasta llegar a las estancias correspondientes", prosiguió.
Esta familia se encuentra muy corta de recursos económicos, pero hacen lo imposible para que las autoridades les den la custodia de estos menores nuevamente, pero hasta el momento los infantes permanecen resguardados en un albergue de la Prodemefa en la ciudad de Mérida.
Raquel Margarita Huerta