En este primer domingo del Mes Patrio, los visitantes ingresaron a los Malecones Tradicional e Internacional, olvidando que la reapertura es económica, pero no social. Las vallas metálicas no fueron respetadas y las personas lograron su objetivo, llegar a las playas, sin embargo los agentes policiacos exhortaban a la gente para retirarse, con pocos resultados.
El Comandante Emilio Raúl Caamal Gutiérrez, director de la Policía Municipal Coordinada, dijo que con base a reportes de los cuatro filtros sanitarios, este domingo arribaron un promedio de 7 mil visitantes que se dispersaron a lo largo de la costa, entre éstos los que permanecen en sus casas de verano.
Las vallas metálicas del Malecón Tradicional se retiraron y se trasladaron al Internacional, el cual fue cerrado para evitar el paso de más personas hacia el mar, al mismo tiempo que agentes de la Policía recorrían las playas para exhortar a los paseantes a retirarse debido a que la Reactivación Económica no debe confundirse con la movilización humana, porque podemos volver a disparar la pandemia, explicaban los elementos policíacos a las familias al invitarlas a retirarse de esa zona.
Algunos visitantes salieron de este lugar pero se dirigieron a la zona de Chicxulub, donde pudieron disfrutar de un rico baño en el mar, con un caluroso clima y unas tranquilas aguas.
Otros paseantes optaron por trasladarse a las playas de Chuburná y Chelem por el oriente y del tramo de Chicxulub a Uaymitún, para poder ingresar al mar.
A pesar de haber concluido el mes de las vacaciones de verano, los filtros sanitarios continúan a lo largo de la costa, cuyos elementos toman la temperatura de las personas que ingresan a este puerto en sus unidades vehiculares.
Durante un recorrido por la zona restaurantera se pudo apreciar que fueron pocos los comensales que llegaron al puerto a disfrutar de sus botanas a base de pescados y mariscos en los establecimientos ubicados frente al malecón.
A los que se los permitió el bolsillo, disfrutaron su estancia en las mesas frente al mar viendo cruzar los vehículos y personas que recorrían el malecón y ver cómo los elementos policíacos exhortaban a las personas a ingresar al malecón de este puerto, donde ahora sólo hay cintas preventivas.
Las casas de temporada están ocupadas en la costa en un 75 por ciento, al igual que los condominios, donde los paseantes han llegado a disfrutar del mar haciendo a un lado los índices de la pandemia, donde las estadísticas de la Secretaría de Salud del Estado ubican al puerto en el octavo sitio de contagios con 328.
Sin embargo el semáforo naranja en el estado, permite bondades a varios comercios, entre éstos los restaurantes en su apertura los fines de semana y otros comercios que permanecieron cerrados durante más de seis meses.
Muchas personas han hecho a un lado el cubrebocas y pasean por las calles del centro y del malecón del puerto cuando aún persiste este protocolo entre las indicaciones básicas, el uso de esta prenda de protección para evitar la contaminación y ser contaminado.
Ventas de cervezas
En el Malecón Tradicional fue notoria la venta de cervezas en los expendios con la modalidad de entrega a domicilio y pero también la venta se realizó en mostrador, donde las personas llegaban y pedían sus canastillas y se les entregaba.
Los comerciantes argumentaron que lo mismo hacían las tiendas de conveniencia, donde no hay repartidores, así que ante la nula presencia de la Dirección de Espectáculos que es quien controla estos giros, estos establecimientos vendieron al público desde el lugar, desde luego hubieron expendios que se limitaron al protocolo con el cargo adicional del pago de hoy domingo que llegó a 20 pesos de propina para la persona que hizo entrega, aunque el sábado los cargos adicionales fueron de 10 y 15 pesos, hoy se incrementaron a 20 pesos.
Recorrido vehicular
En este domingo no todos los restaurantes realizaron aperturas, todo se movió en base al número de su personal humano, hubo bares y restaurantes que su personal continúa ganándose la vida, con la venta de botanas para llevar.
Donde lamentablemente desde luego no faltó la presencia de un conductor que por el hecho de contar con un automóvil de lujo denigró al mesero diciéndole que nada más obstaculizaba la vialidad, con palabras ofensivas a quien se gana el pan en medio de sol, quien sumido en su actividad ignoró las injurias de esta persona y continuó realizando su trabajo.
Julio Jiménez Mendoza