El tradicional juego de pelota prehispánico, en la cultura maya era llamado como ‘Pok ta Pok, y sigue siendo una de las grandes tradiciones que sobreviven en la península de Yucatán.
Su historia
Los más antiguos testimonios del juego, se hallan en el “libro sagrado” de la cultura maya, el “Popol Vuh”, donde se cuenta que los hermanos divinos retan a los dioses de la muerte y bajan al inframundo para celebrar el Pok ta Pok, el juego solemne de orden astral en el que se enfrentan los elementos contrarios del cosmos (luz y oscuridad, bien y mal, noche y día), por lo que a veces los jugadores poseen un rol de cuerpos estelares o deidades específicas (Tezcatlipoca y Quetzalcóatl era de hecho un enfrentamiento clásico).
Una noche antes del encuentro los jugadores hacían “penitencia”; horas después, con su público en lo alto de las murallas, se dividían en dos equipos y, al jugar, la clave era mantener la pelota en constante movimiento.
Reglas
El Pok Ta Pok se jugaba con gran honor, y comenzaba una vez que el sacerdote terminaba con la purificación y la invocación de los dioses al juego. Se golpeaba una pelota hecha de hule con un peso de 3 a 4 kilos.
En este juego solo eran seleccionados los mejores guerreros, pues se creía que ellos mismos representaban a sus deidades dentro del campo.
Dos equipos se enfrentan golpeando una pelota con cualquier parte del cuerpo excepto con las manos, pies y cabeza. Por ejemplo, solo con codos, cadera, rodillas y hombros.
El equipo vencedor es aquel que introduzca la pelota por el aro, o cuando esto no suceda, aquel que más puntos consiga cada vez que se golpea a un rival en una zona no permitida.
Se dice que los ganadores eran sacrificados para gratificar a los dioses. Otras historias cuentan que quienes eran sacrificados eran los perdedores.
Los elementos básicos del juego se mantienen; puede variar el número de participantes y los campos o áreas de práctica se “decoran”.
Actualmente esta práctica tiene un doble objetivo: dar a conocer las bases de la tradición y motivar a los espectadores, a conocer el ritual.
GCS