Ante la cancelación de los tianguis, comerciantes han tenido que ingeniárselas para colocar dichos puestos en las avenidas más transitadas de sus colonias para generar ingresos.
Aún sin fecha establecida para el regreso de los tianguis, los colonos decidieron hacer sus ventas privadas a lo largo de las calles del municipio.
Mulchechen, Santa Isabel y centro entre otros fraccionamientos, los comerciantes decidieron tomar la iniciativa para colocar puestos en las avenidas más transitadas de sus colonias.
Debido a la pandemia por COVID-19, tianguis de toda especie fueron levantados hasta nuevo aviso, dando como resultado la necesidad de las personas de distribuir sus productos por otros medios. Por este motivo los residentes de la localidad y foráneos que venían al municipio a vender sus productos, decidieron poner sus puestos a las orillas de las carreteras, haciendo que la gente se detuviera a comprar y que obstruyeran con frecuencia el paso de los peatones, teniendo que rodearlos o bajarse de la acera arriesgándose a ser arroyadas.
Mía Caballero dijo que, “me parece muy irónico que quiten los mercados de pulgas por qué la gente se aglomera en un lugar y no vienen a supervisar las calles en donde los vecinos sacan sus cosas, no sólo a las afueras de su casa, sino que ocupan toda la banqueta y tiene uno que bajarse de la escarpa para poder pasar, es una barbaridad”, comentó.
Por su parte, Cristina Avilés, comentó que, “no sirvió de nada que los quiten por qué la gente sigue poniendo sus puestos en las calles, por todos lados ves a la gente vendiendo, de todos modos, están en contacto, pero pues que más se le puede hacer, a ver hasta cuándo se podrá y dejarán las calles”.
Pamela Sosa comentó que “cuando avisaron que por el COVID no habría más tianguis lo primero que se me ocurrió es vender por las redes sociales, pero la gente no quería pagar el envío porque no se les hacía justo, y nosotros pues tenemos que tomar mototaxis para llevarlo o algún otro trasporte, o pedirle el favor a alguien de llevarlo, sin embargo, las ventas no fueron las mismas y ni modos, la gente quiere ver las cosas antes de comprarlas para tener la confianza que están comprando lo que quieren o necesitan”.
Agregó “no tienen prohibido hacer comercio en la propia casa así que mientras no me digan nada seguiré haciéndolo”, indicó.
Pese a la molestia de algunos, la mayoría de los habitantes del municipio toma esta acción con mucha naturalidad dando paso a pequeños mercados de todo tipo de productos en los fraccionamientos mencionados.