La costumbre de la quema de muñecos de año viejo no se hizo esperar y en los distintos sectores de la ciudad estos tronaban sin cesar en el inicio del 2021, según las creencias, como signo de que al ser devorados por las llamas también desaparecía todo lo negativo del 2020 y atraería buenas vibras para este nuevo año, la mayoría de las familias deseaban que esta quema también se llevara consigo a la pandemia que dejó como consecuencia muchas muertes de seres humanos y una crisis severa, que aún se padece en todos los ámbitos de vida.
Llenos de bombitas, petardos y demás pirotecnia, estos muñecos ardían a las afueras de las viviendas ante la mirada de las familias que deseaban fervientemente que con ellos desapareciera todo lo malo que se suscitó el año pasado y lo que cada una de ellas padeció durante la contingencia sanitaria por el COVID-19, que aún no termina.
Brando Ciau Caamal mientras lo encendía y celebraba la despedida de su muñeco de año viejo expuso que con él se cierra un capítulo negativo de su existencia, pero que también le dejó aprendizajes, tales como valorar la vida, al prójimo, a nuestro entorno y comprender que las cosas materiales van y vienen, ya que lo indispensable es la salud de la familia ante todo y que está no tiene precio.
La familia Caamal Pech exhortó a que las personas sean más unidas, se quieran y disfruten de cada momento que gocen de salud, valorando el hecho de abrir los ojos día a día.
Así es como este ritual de los muñecos reunió a numerosas familias que al participar en su quema convivieron y disfrutaron del festejo para recibir al 2021 llenos de esperanza y para que les vaya mejor en este nuevo año.