A más de dos años de la remodelación del mercado de Chuburná, locatarios se quejan del mal drenaje en el área de comida y de los desperfectos en los pasillos de carnicería. Esta obra fue remodelada junto al mercado de Santiago, en el que el Ayuntamiento gastó en ambos 7.6 millones de pesos en el año 2018.
La locataria Martha Moo, quien lleva más de 40 años vendiendo, dijo que “cuando llueve, el área de comida se inunda bastante feo, que nos perjudica al momento de trabajar. Nos hemos quejado, pero las autoridades no hacen caso”.
“El techo no está bien hecho, ya que a tan solo unos años de su construcción se está cuarteando. Cuando cae la lluvia los pozos rebosan porque no existe un buen drenaje en el mercado; además, en ocasiones el agua potable no sube y tenemos que batallar para lavar nuestros platos”.
En el espacio público se registran 43 mesetas de las cuales 29 están activas y las demás no se ocupan por decisión de los titulares.
“Lo que también me afecta es que solo puedo sacar dos mesas en el área, y que si queremos trabajar en la tarde-noche se tiene que sacar un permiso especial. En lugar de que el Ayuntamiento apoye a los comerciantes solo nos pone trabas”.
Añadió que el personal de limpieza del mercado no presta el servicio adecuado, ya que cobran a los locatarios por llevar su basura hasta la parte de atrás.
“Se supone que tienen un sueldo y que deberían realizar su trabajo en forma, pero nos piden que los apoyemos con algo y si no lo hacemos no se llevan los desperdicios”.
Victoria Tun, vendedora en el área de pollería y carnicería desde hace 42 años, expresó que “la tubería, pozos y el piso están en malas condiciones, el Ayuntamiento debería estar al pendiente de las fallas del mercado y poner una solución, lamentablemente no lo hace”.
“Los ladrillos ya se están despegando del suelo y parte de la tubería se ve desgastada. Además, cuando llueve el agua se filtra en los techos, porque le hace falta impermeabilización a esta zona”.
En cuanto a su venta, comentó que “de vender 100 kilos de pechuga, en la actualidad solamente salen unos 30 kilos. La afluencia de la gente se ha reducido en un 50 por ciento y eso merma nuestra producción”.
Manuel Poot señaló que el negocio es de su familia y empezó hace 45 años. “Hemos pasado muchas administraciones y todos le aportan un granito de arena al mercado. Espero que en un futuro se contemple reparar los desperfectos”.
Antes de la pandemia solía vender cerca de 4 mil pesos y en la actualidad apenas llega a los 2 mil pesos. Entre los oferentes se escuchó decir que la administradora del mercado de Chuburná, Erika Poot Can, no gestiona los desperfectos ante el Ayuntamiento.
SY