Fabricantes de calzado de esta ciudad confirmaron que, con la pandemia por el COVID-19, les “va de mal en peor”, pues la cuesta de enero los ha afectado.
“No hay apoyos para la industriazapatera local, como hacen con otras actividades, y lo más grave es que las ventas cayeron hasta en un 70 por ciento en comparación con las que se registraron en diciembre pasado”, indicó José Patricio Novelo.
“Las fiestas decembrinas no fueron lo suficientemente buenas para desplazar nuestra producción, y lo que es peor, ahora no habrá Carnaval, y durante esas festividades se vendía mucho calzado para los bailables”, dijo Wilberth Franco Pardenilla, de la zapatería “Franco”.
“No tenemos alternativas, lo único que tenemos que hacer es evitar que se pierda en definitiva la fuente deempleo, como está sucediendo con algunos talleres de calzado que han tenido que cerrar, sobre todo por la pesada carga de la rentadeinmuebles”, expresó Franco Pardenilla.
En los demás centros de trabajo de los zapateros sus encargados declinaron identificarse, subrayaron que “apenas y sacan para comer”, pues no se vislumbra todavía ninguna esperanza para ese gremio.
Comentaron que todos los días pasan apuros para nivelar su economía, entre gastos e ingresos, pues las ventas se han desplomado casi en su totalidad.
El cierre parcial de los centros turísticos de Quintana Roo ha sido otro de los motivos de la difícil situación económica, pues en ese lugar se desplazaban zapatos de Hunucmá, tales como chanclas, alpargatas y casuales.