El suicidio es un problema que afecta de manera global a familias, comunidades y países enteros. En este sentido, el dato más reciente que arrojó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) para Yucatán es de una tasa de 8.8 fallecimientos por esta causa, por cada 100 mil habitantes.
Este reporte lo sitúa como el cuarto Estado en cuanto a personas que se quitan la vida, únicamente por debajo de Chihuahua, que tiene la tasa más alta con 10.7 suicidios por cada 100 mil habitantes; Aguascalientes, con 10.1; y Sonora con 9.1 suicidios.
En tanto que la media nacional es de 5.2 por cada 100 mil habitantes, lo que coloca a Yucatán por encima de esta con una cifra 69.23% más alta.
En cuanto a cifras recientes, en 2016 el número de suicidios fue de 155; mientras que en 2017 se reportaron oficialmente 195; en 2018 el número aumentó a 246; y en 2019, el récord fue de 265, siendo que, el 82% fueron varones y el 18% fueron mujeres.
La estadística también indica que el número de decesos suele reducirse a finales de año, pero aumentan a principios del otro.
En este sentido, Daniel Solís, psicólogo especialista en adultos con dificultades en sus trabajos o relaciones personales, comentó que “es preocupante la situación de suicidios en el Estado, nos damos cuenta de que seguimos batallando con este tema”.
El especialista destacó que existe un fenómeno al que se le conoce como “la semana más triste del año”, refiriéndose a la primera del mes de enero, lo que contribuye al alza de este tipo de sucesos durante los primeros días del año.
Acerca de este, comentó que se debe a que la gente suele estar de buen ánimo en diciembre, pues con la llegada del aguinaldo les va bien en lo económico, además de que, debido a las fiestas de la temporada y días de asueto, existe más convivencia familiar, un buen trabajo, entre otras circunstancias. Sin embargo, cuando llega enero, un sector de la población presenta problemas de dinero, deudas, y regresan al acostumbrado ambiente laboral y esto los deprime, y estas preocupaciones se pueden mezclar con problemas familiares, divorcios, trabajo, el fallecimiento de un ser querido, entre otras cosas que van llenando el vaso hasta que rebose.
“Nadie se levanta con la intención de quitarse la vida, esto se debe a los problemas que la gente va arrastrando en el camino y busca la solución inadecuada, sin embargo siempre puede encontrar ayuda de sus seres queridos, así como de profesionales”, apuntó Solís.