A pesar de que la música en vivo de restaurantes y bares ha comenzado a generar problemas de ruido para vecinos del Centro Histórico, el Ayuntamiento de Mérida ha incumplido con su palabra de no otorgar permisos de funcionamiento a estos negocios por las problemáticas que generan, aseguraron los colonos Héctor Esqueda y Claudia Fuentes.
Por lo anterior, Esqueda comentó que decidió alzar la voz por el elevado ruido que genera el restaurante que está en la esquina de la calle 64 con 43 del Centro, que está junto a su domicilio, ya que, basándose en un mapa del municipio, su vivienda está incluida en una zona donde no debería haber este tipo de negocios, por lo que asegura que la Comuna incumple con su palabra.
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El afectado agregó que, cuando se dieron cuenta que abrirían nuevamente un restaurante a lado de su casa, se comunicaron con el Departamento de Desarrollo Urbano de Mérida, sin embargo, el personal que los atendieron les pidió que esperen a que inauguraran, para que ellos llegaran a clausurarlo, pero esto no ocurrió.
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“Cuando abrieron, hablamos, pero nos dijeron que investigaron y que sí tenían permisos”, indicó el afectado, quien agregó que dicho negocio no está insonorizado, pese a lo estipulado en el Reglamento de Protección al Ambiente y del Equilibrio Ecológico de Mérida.
Con respecto a lo anterior, el Artículo 50 indica que cuando el ruido constituya una molestia constante para los vecinos o terceros, o causen daños a la propiedad de éstos y técnicamente no sea posible la medición, siguiendo los procedimientos establecidos en las normas aplicables, la dirección competente requerirá al propietario la adopción de medidas de mitigación.
Por su parte, Claudia Fuentes relató que el problema del ruido con el negocio que está a lado de su casa comenzó en 2016, y durante la pandemia del COVID-19 se cerró. Sin embargo, en marzo pasado comenzó a operar nuevamente y, aunque su esposo habló con el responsable para explicarle que el lugar es un punto de conflicto, no importó para que no se estableciera.
“El problema con Desarrollo Urbano fue que mandaron a inspectores, clausuraron y luego como al mes volvieron a abrir. Cuando pedimos informes de qué era lo que pasaba, nos dijeron es que ellos (los dueños del establecimiento) ya pagaron y dijeron que ya habían arreglado”, comentó el vecino.
Explicó que otra problemática que tuvieron fueron los obstáculos burocráticos dentro de Desarrollo Urbano, ya que entre las áreas de este Departamento se “tiran la bolita”.
“Entonces, te van encerrando hasta que no puedes avanzar con ellos. Estamos atorados”, mencionó la vecina afectada.
Héctor afirmó que además de él y su mujer, son otras 30 familias de la zona que resultan afectadas por el ruido que genera el restaurante ubicado en la calle 64 con 43.
“Sentimos que ‘hubo mucho escándalo’ (anteriormente), cuando nos juntamos muchos vecinos, porque (el Municipio) nos hizo caso ‘en teoría’, pero después se olvidó”, dijo.
El colono reiteró que su intención es que este tipo de negocios acaten las medidas e insonoricen los inmuebles para que no se generen las afectaciones que provocan, por lo que indicó que en caso de no obtener una respuesta del municipio, recurrirán al Tribunal de lo Contencioso de Mérida para pedir que se revoque la licencia de este lugar.
En un recorrido por calles del Centro Histórico, entre las 21:00 a 23:00 horas, se observó que en cinco establecimientos había afluencia de comensales, sin embargo, el ruido que estos generaban era moderado.
De estos negocios, sólo dos centros nocturnos estaban ubicados junto a casas habitadas, mientras que el resto colindaban con otros negocios de la zona.
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CG