Granjas porcícolas en Yucatán detonarán problemas sociales, advierte investigador de la UNAM

Las autoridades estatales y federales deben dejar de omitir las sugerencias científicas que se les hace llegar, a través de diversos estudios, que señalan la gravedad de la contaminación que causan las granjas de cerdos en Yucatán y México, por lo que se debe atender su regulación, pues de no hacerlo, se detonarán problemas, no solo serían ambientales, sino también sociales, como las que ya han iniciado en pueblos mayas como Homún, Sitilpech, Chapab, Kinchil y Celestún, expresó el doctor Francisco Bautista, miembro del Centro de Investigación de Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Comentó que, mientras más grande es el criadero de cerdos, mayor es la contaminación por las excretas y los orines de los animales permea al subsuelo y que a pesar de que las autoridades tienen conocimiento de cuáles son las zonas en donde no se pueden instalar estas empresas, la omisión provoca impacto ambiental y afectaciones al agua y al medio ambiente.

Señaló que el permitir la construcción de estas granjas, con el agua subterránea expuesta, es un desacierto ambiental. “Estas megagranjas, deben hacerse más al Sur (del estado) y deben regularse su tamaño”, indicó el entrevistado vía telefónica, quien además ahondó que en la zona Norte de la entidad no se deben construir mega criaderos de cochinos.

Añadió que en los sitios en donde sean instaladas las granjas de cerdos provocarán que la calidad del agua se vea afectada. “En donde hay granjas (de cerdos) grandes, se va a ensuciar el agua muy rápido”, comentó el doctor, quien además remarcó que se requiere una legislación especial para zonas con suelo kárstico, como es el caso de la Entidad.

Francisco Bautista explicó que, de no legislarse para el cuidado de zonas kársticas en el país, las afectaciones no solamente serán ambientales, sino también sociales, algo que se ve de manifiesto con las luchas sociales que han iniciado pueblos mayas como Homún, Sitilpech, Chapab, Kinchil y Celestún, en contra de proyectos de la industria porcícola.

“Hay que darle solución rápida al problema. Las autoridades tienen que ponerse a trabajar en eso”, comentó el entrevistado, quien agregó que el año pasado realizó una publicación científica sobre los territorios del Estado en donde existe posibilidades reales para que se instalen granjas de cerdos, pero estas zonas están en áreas que no le gusta al empresario.

Explicó que el actual ordenamiento permite que en cualquier zona del Estado se instale una granja de cerdos y si llega un empresario que no sabe nada de medioambiente y se instala donde sea, al rato tendrá problemas, ya que existe la posibilidad de que si no los dejan operar, el capital invertido se perderá, lo cual es algo que ningún empresario desea.

“Hay lugares para hacer porcicultura, nada más que quieren instalarse cerca del aeropuerto, cerquita del puerto para allí sacar su producto y está bien, los entiendo, pero si yo fuera porcicultor, a mí me gustaría que me dijeran en dónde no tendría problemas para instalar una granja, para que pueda recuperar mi inversión”, mencionó el hombre.

Francisco Baustista sostuvo que en el Sur del estado hay buenos suelos para la industria porcícola, ya que los suelos de esa zona son buenos para proteger el agua subterránea, además de que el líquido está más profundo, “no está a 10 metros como está en Mérida, está a 40 o 60 metros y eso genera mayor protección del agua subterránea en la zona”.

Señaló que en el Sur del estado hay suelos vertisoles que no dejarían pasar el excremento y orinas de los cerdos, además de que hay menos gente que pueda verse afectada e indicó que es algo que saben las autoridades, pero es algo que omiten, “no lo usan y no sé si no lo usan por desconocimiento, por corruptos, por ignorantes o por ingenuos”.

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JG