El 45.4 por ciento de los niños de Yucatán, de entre los cero a 17 años, que cursan la educación inicial, básica y el bachillerato, vive en hogares donde el jefe o jefa de familia nunca estudió o no terminó la secundaria, según datos del Indicador Estatal de la Mejora Continua de la Educación que elaboró la Comisión Nacional de la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu).
Esto representa un riesgo de que los niños y adolescentes de estos hogares del estado terminen abandonando la escuela en algún momento por dificultades económicas o por falta de interés, ya que existe la posibilidad de que deban ayudar en el ingreso de la casa.
“Un hogar donde la figura principal del núcleo familiar tiene baja o nula escolaridad puede asociarse con un entorno menos propicio para asegurar que sus niñas, niños y jóvenes acudan a la escuela hasta completar la educación obligatoria que es el bachillerato”, alerta el documento elaborado por Mejoredu.
Esto significa que casi la mitad de los menores de edad de Yucatán que van a la escuela viven en hogares en donde el jefe de familia no terminó la secundaria e incluso es analfabeta y en este contexto en el que viven, tienen más probabilidad de desertar de la escuela.
Si bien no existe la certeza de que lo hagan, sí hay una circunstancia que en algún momento podría orillarlos a dejar sus estudios para ayudar en el mismo hogar o para buscar un empleo para colaborar con los gastos de la casa.
“Probablemente en estos contextos no se cuenta con recursos suficientes para satisfacer las necesidades esenciales de todos sus integrantes, y se prioriza su trabajo remunerado para que contribuyan a la economía del grupo familiar”, subraya el estudio que publicó esta Comisión Nacional.
Los datos relativos al ciclo escolar 2018-2019 hacen un desglose por nivel académico, mostrando que 42.9 por ciento de los niños que cursan el preescolar viven en un hogar donde el jefe de familia no tiene estudios o no terminó la secundaria, lo mismo pasa para 44.3 por ciento de los niños que van a la primaria y también para el 47.9 por ciento de los alumnos que cursan la secundaria.
En el caso de los adolescentes de 15 a 17 años, quienes cursan el bachillerato, 49.3 por ciento habita en un hogar donde el jefe de familia no concluyó la secundaria o no sabe leer ni escribir.
Sin embargo, 28.3 por ciento de los estudiantes yucatecos viven en una casa donde el papá o la mamá sí terminó la secundaria, mientras que 14.1 por ciento habita en un hogar donde la autoridad de la familia cuenta con certificado de bachillerato, es decir que sí estudió la educación media superior.
En tanto que, apenas 12 por ciento de los estudiantes de cero a 17 años de Yucatán vive en un hogar donde el jefe de familia concluyó sus estudios de educación superior, es decir, que terminaron una licenciatura o una ingeniería.
El documento que publicó Mejoredu apunta que los niños, niñas y adolescentes que viven en ese contexto a veces abandonan la escuela porque las necesidades económicas son apremiantes, pero también porque “no se reconocen los beneficios sociales y económicos de largo plazo que propicia una alta escolaridad entre los integrantes del hogar”.
En términos reales, el documento señala en Yucatán hay 652 mil 926 menores de cero a 17 años de edad cursan la educación inicial, básica y media superior. De este total, 46 mil 439 niños y adolescentes viven con un jefe de familia sin escolaridad, mientras que 250 mil 205 estudiantes menores de 18 años viven en un hogar donde la autoridad de la casa no logró terminar la secundaria, lo cual representa el 45.4 por ciento del total de alumnos.
El Indicador Estatal de la Mejora Continua de la Educación de Yucatán también revela que 50.9 por ciento de los niños y adolescentes que cursan la educación básica y media superior proceden de una familia indígena, mientras que 35 por ciento vive en localidades de alta y muy alta marginación.
Lo anterior muestra que “la diversidad en lo social, cultural y económico conlleva un gran reto para que el Sistema Educativo Estatal garantice el acceso y la permanencia en la educación obligatoria de la totalidad de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes sin importar diferencias culturales, sociales, económicas, de etnicidad, género, orientación sexual, entre otras”, enfatiza el estudio de Mejoredu.
Por ello, este organismo recomendó que las acciones que se emprendan en Yucatán para mejorar la disponibilidad de servicios educativos deben tener como prioridad reducir las brechas educativas entre quienes tienen mayores oportunidades y quienes enfrentan situaciones de vulnerabilidad por diversas circunstancias.
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CG