A casi dos años de la pandemia, el artesano Manuel Ayala Cach señaló que aún no se recupera al 100 por ciento la actividad alfarera en la ciudad, pues debido a la contingencia no tiene un mercado para desplazar su producción.
Ayala Cach, quien lleva 40 años como alfarero y que ahora reciente los problemas económicos al no tener un mercado fijo, se limita en elaborar piezas de barro y a exhibirlas en la puerta de su pequeño negocio para poder ganarse unos pesos.
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Tras suspenderse las ferias y al no poder exponer sus artesanías, trabaja solo en su taller y se dedica a las labores del campo, comentó que por el momento está cosechando sus elotes y en sus ratos libres elabora algunas piezas de barro como complemento a su economía.
En la breve plática compartió que a raíz del cambio de Semáforo Epidemiológico a amarillo algunos clientes que tenía del vecino Estado de Campeche han regresado a realizar pedidos, por lo que espera que en estos días por el Hanal Pixán repunten sus ventas.
Aprovechando estos días por las festividades a las ánimas se ha dedicado a elaborar incensarios, porta velas, platos de barro, figuras de animales que son los más solicitados para la elaboración de los altares por el Día de Muertos.
El alfarero dijo que, para ser artesano se requiere de mucha creatividad, y, sobre todo, amor por lo que se hace, ya que en ocasiones hay que usar la imaginación para elaborar las piezas de barro.
Comentó que hasta el momento no han recibido apoyo de ninguna autoridad para enfrentar la situación económica por la pandemia, agregó que, ha turnado solicitudes a dependencias, pero nunca se le ha atendido, solo recordó que en campaña pasada para la reelección del actual munícipe Rafael Montalvo le entregaron tres sacos de barro con un costo d 75 pesos, pero al final no le sirvió, pues contenía más piedras que material útil. Desde esa ocasión nadie le ha brindado ayuda para enfrentar los problemas ocasionados por la pandemia.
Actualmente su materia prima lo trae desde Calkiní, Campeche, indicando que al obtener el material tiene que seguir un proceso para luego utilizarlo en sus piezas.
“Primero tengo que secar el material, asolearlo por tres días y luego hacer la mezcla para poder moldear las piezas y después hornearlas para darles el acabado que necesita para que se puedan vender”.
Finca sus esperanzas en estas festividades que se avecinan para que pueda comercializar sus productos, y salir de la crisis que enfrenta, al momento de la plática elaboraba sus piezas de barro que exhibirá a los paseantes que llegan a la Perla del Sur.
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