La peregrinación sotutense, una tradición de más de 100 años, fue suspendida debido a los protocolos de sanidad vigentes por la pandemia del coronavirus, pues en la caminata participan más de 3 mil habitantes que recorren las capillas periféricas al municipio.
La Arquidiócesis de la capital del Estado informó al párroco de Sotuta, Luis Estrella, la noticia de la cancelación del Paseo de Cabos, tradición de más de un siglo en la localidad; colonos que pensaron que el padre fue quien decidió la anulación de esta celebración acudieron molestos a reclamarle, sin embargo, éste les explicó que dicha cancelación proviene de los altos mandos eclesiásticos y él sólo propaga la noticia.
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“Sé que están molestos, pero la decisión no es mía, además no porque estemos en semáforo verde significa que no te puedas contagiar”, externó del párroco Luis Estrella, de la iglesia de San Pedro y San Pablo de Sotuta.
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Según la Arquidiócesis de Yucatán, es insalubre y poco higiénico hacer los novenarios, pues cuando se realizan se reparte un refrigerio a los asistentes, quienes para poder ingerirlo tienen que retirar el cubrebocas o alejarse del tumulto de gente.
Por su parte, los lugareños dijeron sentirse defraudados y desilusionados por la decisión tomada por las autoridades eclesiásticas, alegando que, si ya se están haciendo partidos de beisbol, kermeses y muchos otros eventos donde se reúne toda la comunidad sotutense, veían propio poder hacer dicho recorrido.
“Las corridas en los pueblos ya se permiten, los juegos deportivos, ¿pero un paseo de novena en novena no? Yo digo que cancelen las corridas para poder hacer celebraciones como el Paseo de Cabos y misas normales”, puntualizó Roberto Can, proveniente de Tabí.
Sin embargo, otros compartieron estar de acuerdo con lo dicho por las autoridades, pues aseguran que la aglomeración no debería ser una opción.
“Sólo escucho cómo muchas personas se están quejando y diciendo de cosas porque este año también se canceló, pero yo creo que está bien, hay que seguir cuidándonos, no hay que confiarnos sólo por estar en verde”, agregó Paola González, de 23 años, quien cada año asiste a alguna de estas novenas.
Sólo queda esperar, el pueblo de Sotuta mantiene la esperanza de que la Arquidiócesis cambie de opinión, comentaron los lugareños.
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