Yucatán

Mérida: Cementerio de Xoclán recibió a cerca de 440 visitantes por hora ayer lunes

En panteones de comisarías del Norte de Mérida, difuntos se quedan esperando a sus familiares, ya que no se registraron visitas
En el cementerio de Chuburná hubo varias personas que llevaron flores a sus finados / Martín Zetina

Miles de meridanos acudieron ayer al cementerio de Xoclán, en Mérida, principalmente para brindarle el mantenimiento a las tumbas de sus seres queridos, ya que durante los 20 meses en que se restringió el paso al panteón para evitar contagios, los ciudadanos no habían tenido la oportunidad de darle una manita de gato a los nichos. Según datos estadísticos, cada hora recibió a 440 personas durante el día de ayer.

Caso contrario ocurrió en los cementerios del Norte de la ciudad, como son los ubicados en las comisarías de Sodzil, Xcumpich y Chuburná, lucieron prácticamente vacíos cerca del mediodía del 1 de noviembre.

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Con respecto al camposanto ubicado en el Poniente de la ciudad, personal que resguardaba la entrada indicó que ayer acudieron casi 4 mil personas, al corte de las 17:00 horas, mientras que el sábado y domingo fueron los días más concurridos, sin embargo, los empleados dijeron que en ese momento no contaban con la libreta de accesos para proporcionar la cifra de visitantes en el fin de semana.

Los empleados del camposanto opinaron que, a pesar de la cantidad de visitantes que arribaron, algunos desistieron de ir al panteón, ya que los estacionamientos permanecieron cerrados y había que caminar hasta las tumbas.

En el recorrido se pudo observar a varias familias limpiando los sepulcros, ya que en su mayoría estaban cubiertas por la maleza. Un hombre que se encontraba arrancando el monte, aseguró que cuando llegó al panteón, notó que éste se encontraba en “deplorables condiciones”.

“Pudo ser por la pandemia, que mucha gente no pudo venir para limpiar las tumbas y por eso creció la maleza”, comentó el señor, quien no quiso dar su nombre.

Por otro lado, Carla Barbosa Chan dijo en entrevista que tuvo que dejar su oficio como rezadora, ya que desde el año pasado no tuvo muchas contrataciones de rezos, por lo que decidió dedicarse a la venta de flores.

“El sábado y el domingo fueron los días en los que hubo más gente. Sin embargo, como la gente trabaja y la restricción a la entrada de vehículos, pues este año fue bajo, pero nos defendemos”, comentó la mujer.

Cementerios de Méroida, casi vacíos

A diferencia de los camposantos ubicados en el Centro y Poniente de la ciudad de Mérida, en las comisarías de Sodzil, Xcumpich y Chuburná, lucieron prácticamente vacíos cerca del mediodía de ayer lunes 1 de noviembre.

Al respecto, vecinos de Sodzil Norte comentaron que la gente del lugar ya no es muy afecta a visitar a sus difuntos, sobre todo porque muchos de ellos fueron enterrados hace varias décadas, tiempo en el que sus familiares vendieron sus terrenos a los inversionistas y se mudaron de la zona.

“Aquí se muere la gente y ya estuvo. Si en vida no los tienen en cuenta, ya muertos menos. Como dice el dicho, el muerto al pozo y el vivo al gozo, se mueren las personas y sus familiares venden las casas, venden lo que pueden y se van”, explicó Julio Aguilar, vecino de la zona.

En un recorrido realizado por el lugar, al mediodía, no se observó presencia de personal del ayuntamiento ni algún operativo para garantizar que se cumplan los protocolos sanitarios. Únicamente las tumbas de don Julio César Trujillo, Jesús Ignacio Ortegón Galaviz y María Pascuala Kuy Kuy, fallecidos en 2020, 2000 y 2021, respectivamente, lucían restauradas y con flores, lo que es señal de que fueron visitadas recientemente. 

En Xcumpich, después de las 13:00 horas, se pudo notar la presencia de siete personas que acudieron a visitar a sus seres queridos, de entre los más de 100 fallecidos que yacen en los osarios del cementerio, quienes acudieron desde temprana hora a realizar labores de limpieza y pintura, para después colocar flores, veladoras y agua.

“Son mis abuelitos los que están aquí y no le voy a mentir, desde hace como dos años que no venía a verlos y por eso tengo que limpiar bien y checar que esté todo bien”, expresó Teresa Loeza, mientras colocaba flores a sus familiares.

A la puerta del sitio, un aparente hechizo de “brujería” fue abandonado durante la madrugada, el cual consistía en camisa negra, un pañuelo rojo anudado, junto con monedas de un peso y un frasco con un líquido. 

Al respecto, los vecinos comentaron que es común que coloquen gallinas muertas y hasta cabezas de perro, que ellos mismos reportan para que acudan a retirarlo.

Cabe señalar que el ambiente fúnebre del día en que las ánimas se acentuó con la llegada de una carroza, de donde descendió el féretro de una vecina que falleció apenas el 31 de octubre. 

Por último, en Chuburná lució con mayor vigilancia policiaca, filtro sanitario y pasillos más limpios. A este camposanto acudieron los vecinos, quienes durante largo rato se quedaron junto a las tumbas de sus seres queridos para platicar con ellos por un rato, invitándolos pasar a comer a sus casas, donde les espera el altar con las ofrendas.

“Aquí está Nayelli, venimos a platicar con ella para decirle que nunca nos olvidamos de ella, que estamos pendientes de ella y que como empezamos, así terminamos. Que la quiero mucho y que todavía es muy difícil pensar en su muerte”, expresó la señora Vilma de Chávez, quien acudió con su esposo a pintar el osario de su hija, fallecida desde el año 1987.

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JG