Yucatán

La escuela Obi-K19 y el Cinvestav han realizado un total de 437 pruebas para detectar el COVID-19 usando un equipo canino

Un total de 437 pruebas para detectar COVID-19 ha realizado de manera conjunta la escuela Canina Obi-K19, Cinvestav Mérida y Fronteras de la Ciencia Conacyt, así lo reportaron en entrevista para POR ESTO! Juan Manuel Mancilla Tapia y Víctor Manuel Vidal, investigador asociado.

Informaron que, de estas 437 pruebas que se han realizado en Mérida, 300 han resultado negativas y 137 positivas, sin embargo, explicó que aun falta un número importante de pruebas para completar las 600 que tienen proyectadas para la ciudad.

“Es importante contar con el apoyo de la gente para que podamos realizar y terminar con este proyecto, sobre todo porque vemos que si están dando resultados, y que ya llevados a la práctica puede ser de gran beneficio para todos”, explicó el investigador.

Juan Manuel Mancilla Tapia, explicó que éste es un proyecto que nació a raíz de una necesidad personal. “Yo tengo epilepsia y tenia un perro que se llamaba Obi y podía detectar los ataques. Cuando murió, una amiga me comentó sobre entrenar perros para detectar COVID”. A raíz de ello, el proyecto se inició en el estado de Sonora en junio del año pasado con la universidad y el hospital general de ese estado y el Centro de Detección Obi-K19.

Explicó que al principio el proyecto sólo contemplaba a seis perros y entrenar a los de la Sedena y Marina, sin embargo el proyecto creció y actualmente tienen 11 entre Sonora y los de Yucatán.

Continuó con el tema comentando que llegaron a Mérida a través del Conacyt. En el recinto trabajan con dos perros, los cuales comienzan su entrenamiento a partir del primer año desde su nacimiento. Antes de eso reciben adiestramiento para usar la nariz y desarrollar habilidades y, al año, empieza con pruebas de COVID.

El entrevistado señaló que idealmente usan razas como Golden Retriever, Labradores, Spaniel y Pastor Alemán. El enteramiento dura aproximadamente tres meses. Se enfatizó que en ningún momento los perros están en peligro ni tienen contacto directo con las muestras.

Por su parte el investigador asociado Víctor Manuel Vidal es quien se encarga de aislar los compuestos volátiles presentes en las personas que son positivas al virus, mediante gasas que absorben el sudor de la cara y las axilas, para después llevar estas muestras a Cinvestav. Allí, los laboratoristas las inyectan en el cromatógrafo, de ahí pasan a un detector y así descubren cuáles son esos compuestos que detectan los perros.

El investigador recalcó que estos aromas no son perceptibles para los humanos. “Los perros detectan el COVID porque tienen 300 millones de sensores olfativos más que nosotros y no solo los perciben, sino que los graban”, dijo el entrevistado.

Añadió: “los perros son capaces de detectar en cuestión de segundos si una persona tiene COVID-19, lo que los vuelve una alternativa costeable para ser utilizados en industrias, centros comerciales, aeropuertos o en eventos deportivos a donde acudan muchas personas”, dijo Vidal Martínez.

Los investigadores explicaron que este programa está programado para terminar en febrero y luego empezar una tercera investigación, sobre la secuenciación de las enfermedades. “Los perros pueden detectar rinitis, influenza y 280 enfermedades más, por lo que esperamos trabajar en eso, y que esté financiado al completo por el Conacyt”, dijo el entrevistado.

Los especialistas comentaron que la idea es parar la transmisión y detectar de manera masiva el virus, por lo que se pretende entrenar a los perros de la Marina y Sedena para poder implementar la detección en puertos, aeropuertos y otros lugares de gran concentración de gente, entre otras estrategias que esas dependencias podrían crear.

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JG