Vecinos de la colonia Benito Juárez García ubicada al Poniente del puerto de Progreso piden a las autoridades competentes tomar cartas en el asunto ante el envenenamiento de cuatro perros, con croquetas envenenadas en la vía pública.
“El problema se suscita con frecuencia. Normalmente, desde hace un mes, se ve un perro por semana, pero nunca tantos como pasó del viernes al lunes. Es algo difícil de concebir, pues no solamente estas personas se han dedicado a matar animales de la calle, sino también perros de casa”, expresó Alicia Moreno, quien también aseguró barrer ayer por la mañana un puñado de comida para canes envenenada.
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Resalta que dos ejemplares fueron puestos por sujetos desconocidos en uno de los terrenos baldíos con los que cuenta la zona conocida como “La Gasera”, pues vecinos del rumbo afirmaron ver un hombre tirar los canes y huir en un móvil particular. El último ejemplar fue “Nala”, una perra sin especie que fue adoptada por la familia Amaro Navarrete, luego de que la encontraron agonizando tras ser atropellada por un auto en esa colonia.
“Llegué de trabajar como habitualmente lo hago, tuve el error de dejar salir a mi mascota para recibirme, sin darme cuenta de que avanzó unos metros a la calle. En menos de 20 minutos la vimos regresar con espuma en la boca y agonizando, nos dolió perder a ese animal porque formaba parte de nosotros”, expresó Daniel Amaro Navarrete, conocido taxista del rumbo.
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El entrevistado declara que a partir de ahora el mismo conjunto vecinal iniciará rondas de vigilancia en diferentes turnos ante la tardía reacción de las autoridades municipales, pues como se mencionó, el impacto no solo ha afectado a los canes callejeros sino por igual a las mascotas que tienen hogar.
Cabe mencionar que por los sitios baldíos, de poca población y cercanía de la carretera a Chicxulub o la ciénaga, habita gran cantidad de canes y gatos en situación de calle, mismos que pertenecen a una sobrepoblación de más de 4 mil especies en las mismas condiciones. Mismo problema también se ha denunciado en la comisaría de Flamboyanes cuando en el mes de agosto se encendieron alarma tras la muerte de más de una decena de estas mascotas que fueron envenenadas en la vía pública con comida infectada con raticida.
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CC