Yucatán

Encuentran a abuelito extraviado debajo del puente de Kanasín

El señor fue trasladado a su domicilio en Progreso después de permanecer casi 10 horas debajo del puente de Kanasín
Bajo un puente en el Periférico fue hallado sano y salvo / Jesús López

El conocido afilador del puerto, Wilberth Abán Magaña, de 82 años, permaneció más de 10 horas bajo el puente de Kanasín en espera de su familia, luego de extraviarse cuando se disponía a ver a sus consanguíneos en el área de Vergel.

El octogenario fue encontrado por uno de sus sobrinos tras emprender su búsqueda junto con la Policía Municipal de Kanasín y Progreso, pues tras el primer día de extravío los allegados a Abán optaron por denunciar lo ocurrido.

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“Suponemos que cuando se bajó del transporte público no ubicó donde estaba, por lo que empezó a caminar y para guardarse de la lluvia de antier se guardó en el puente para esperarnos. Nos asustamos bastante, por eso cuando lo trajimos a la casa a donde se dirigía aquí en Mérida le dimos atención médica urgente con paramédicos, por suerte todo estuvo en orden, expresó Gloria Abán Chí, nieta del veterano comerciante callejero.

El afilador con más de 70 años en el negocio caminando las calles, tras su hallazgo fue trasladado nuevamente a su domicilio en Progreso ubicado en la colonia Canul Reyes, donde lo esperaba su esposa, Ligia Guadalupe Castro.

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“Mi abuelo no tiene la necesidad de trabajar o caminar como lo hace, pero es una persona adulta que quiere sentirse útil y autónomo, lo felicito por ello, pero al no escuchar nuestras peticiones de no salir sólo de la casa para llegar hasta Vergel ocurrió todo esto”.

Entre el recuento del caso, su familiar entrevistado resalta la historia que la familia Abán ha tenido desde los años 20 en Progreso como afiladores de utensilios de uso cotidiano. El oficio empezó con Pedro Guillermo Abán Puga, abuelo del adulto mayor que se extravió, cuando con una caja de música salía a las calles del puerto para pasar casa por casa a fin de que sea solicitado por algún comerciante o ama de casa, preservando esta práctica sus tataranietos que mantienen el negocio en el puerto hoy en día.

“No desaparece la tradición, ahorita nosotros lo más jóvenes tenemos mucho amor por este trabajo que la gente aún recuerda; cuando se perdió mi abuelo nunca dejamos de recibir apoyo, es uno de esos personajes pintorescos que por tener tantos años recorriendo las calles del puerto Progreso, nunca pasa desapercibido”, concluyó la nieta Gloria Abán.

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CC